Lana no lo ha tomado tan bien como Luzu ha creído.
Como pataleta de niña malcriada, absolutamente todo lo que el profesor de educación física creía conocer de la rubia era tal lejano al ataque que tenía la adolescente en la cancha de baloncesto.
Luzu agradecía que se hayan acabado las clases.
Quizá fue el peor lugar para confesarle las noticias que sabe que ella se irá próximamente.
-No, claro que no me iré!
Gritó eufórica la adolescente.
Luzu sabía que lo peor que podría hacer es tratar de hablar, de tratar calmarla, todo lo que haga lo empeorará.
Luzu la veía con todas las emociones en sus hombros.
Finalmente ella tomó su maleta y salió corriendo.
El profesor se sentó en la mitad de la cancha.
El día no es sea cálido peor con sombras.
Eran unos de esos días cuando todo se oscurece muy temprano.
Luego ya cuando eran las seis de la tarde el mayor se puso de pie para hablar con Guillermo.
El camino era el mismo que tomaría si fuese corriendo pero esta vez a paso lento.
Luzu no tenía ningún otro propósito que su propio ritmo, ya que caso tenía.
-Que te ocurre?
Preguntaría Guillermo al abrir la puerta.
-Se lo he dicho a Lana, ella se ha portado como hum...
Como se supone que debía de describir ese comportamiento si era consiente que bien no es que lo tomaría.
-Comprendo.
Fue y sería lo único que diría el profesor de música.
Cuando has pasado por lo mismo no es que sean necesarias las palabras, la mirada es capaz lo ocurrido- Empatía.
Los adultos hablarían de cómo iban a pasar las cosas.
Finalmente ambos eran conscientes de lo estúpido que ha sido cometer tal cosa.
Y por más bello que haya sido no dejaba de ser una inocencia robada; ellos reconocen delante del otro que deben dejar de interferir en el futuro de los adolescentes.
Muy lejos de todos los problemas que esto acarrea es la decisión de dejar que estos sean felices con personas de su edad aunque son conscientes que ellos mismo ya han dejado esa marca que cualquiera no podrá sacar.
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Do-Re-Mío... (Wigetta)
ФанфикLo que quiere le ayudará a darse por vencido en el deseo. En eso que él jamás creyó fuese tan profundo. -Toqué para mi profesor (violín). Prometo que luego saciaré todos sus deseos