Capítulo 11: Tres son multitud

20 2 0
                                    

—¿Íngrid? —Pregunta Anabel. No puedo evitar desviar la mirada hacia el muñón, la mano que el zombie devoró: Lleva una prótesis de metal al final del brazo.
—¡Ayúdanos! ¡Por favor! —Me grita Courtney y, aunque sé que no es un buen momento, me quedo mirándola por unos segundos: No la veía desde...
Repentinamente se despierta mi lado no-ético-ni-moral: No quiero ayudarlas. Definitivamente no quiero... Pero son personas, y tienen el mismo derecho a vivir que yo.
Veo una escotilla abierta en el suelo de la terraza conectada a una escalera vertical. Me sorprendo por un segundo al ver cómo, aunque lo hagan muy lentamente, los zombies pueden treparla: No son para nada idiotas.
Empiezo a darles patadas y puñetazos a los enemigos que van llegando, mientras Sol me cuenta que el cierre de la escotilla se ha roto.
—¡Vámonos! ¡Antes de que suban más!
—¿Cómo? —Sigue hablándome Sol. Quizás, a partir de ahora, ella sea la vocera de las tres: Probablemente porque debe ser la que menos entusiasmo tendría si me apuñalaran.
—Tómense de las manos, y pase lo que pase ¡NO SE SUELTEN!
Saltamos del borde del edificio y empezamos a caer en picada. Yo nunca me sostuve de manera tan fuerte del lanzagarfios que, de nuevo, me sorprende como aguanta firmemente a cuatro personas.
Con paciencia logramos subir al techo de un edificio al otro lado de la calle. Las guío por los demás tejados y, luego de unos minutos, llegamos al edificio en el que se encuentra Julián sin ningún rasguño.
Nunca olvidaré la cara de mi mejor amigo al ver a las tres chicas detrás de mí: Los ojos azules ensanchados de la sorpresa, pero también una gran sonrisa en su rostro.
Las tres corren gritando emocionadas hacia Julián y le dan un fuerte abrazo. Nunca lo vi tan feliz... Ni siquiera estando conmigo...
Siento algo extraño en mí, repentinamente. Estoy.. ¿Celosa? No, de ninguna manera, yo no soy así...
Ellas son Anabel, Courtney y Sol.
Anabel... Bueno, no hace falta una descripción. Amiga de toda la vida de Julián, pese a que discutían constantemente. Me odia sin motivo aparente: Su misión en la vida antes de toda esta mierda parecía ser alejarme de alguien que ella creía que era de "su propiedad". Es muy astuta, versátil y tenaz, de ese tipo de personas perfectas para sobrevivir a esto.
La observo por un segundo: Tiene puestos unos jeans color azul, unas zapatillas blancas y una camiseta color salmón. Su pelo corto por los hombros, moreno y ondulado, está suelto. Veo que está armada únicamente con un cuchillo en su mano derecha.
Courtney, la hija menor de unos neoyorquinos que se mudaron a nuestra ciudad, es la ex Julián. Ambos siempre me parecieron lo más incompatible del mundo, pero con lo que respecta a asuntos de pareja, a Julián no se le pueden dar consejos: Aunque no es para nada propio de él, se pone muy necio y terco. Es decir... Ella amaba las fiestas y a Julián le encanta la comodidad de su casa. Courtney vivía de noche y Julián vive de día. Ella le había sido infiel a todas sus parejas anteriores y Julián nunca le ha faltado el respeto a una mujer. Simplemente no iba a funcionar. Funcionaron como amigos, o al menos eso creo, ya que ella se mudó el año anterior y no mantuve el contacto. Lo único que sé con certeza es que la cantidad de pañuelos descartables que le pasé a mi amigo mientras lloraba por ella fueron alrededor de trescientos cincuenta.
También le echo un ojo: Tiene puesta una campera verde de estampado militar, unas calzas negras y unos borcegos marrones. Aún lleva el cabello muy corto y negro, con las puntas algo despeinadas. La veo armada solamente con una Croatian HS2000¹.
Sol es la hermana mayor de Juli. Se llevan mal desde que nacieron... Pero no mal como cualquier par de hermanos, mal en serio. Solamente es buena con su hermano cuando lo necesita... Ahora es un buen ejemplo.
Lo único que tiene de parecido a Julián es el color del cabello, ya que ambos lo tienen de un rubio dorado muy llamativo, que brilla bastante con la luz del día. Sol lo tiene largo hasta la cintura y, a diferencia de su hermano, ligeramente ondulado cuando el de Julián es lacio.
Lleva puesta una camiseta sin mangas blanca que tiene el logo de una banda en negro. En la parte inferior del cuerpo, unos shorts negros y zapatillas blancas. Su arma es la más llamativa: Una AK-47.
Me limito a mirar desde lejos el emotivo reencuentro, sin ninguna expresión en particular. Julián me ve, se separa un poco de las chicas y habla.
—Bajemos ya. Encontré una salida en un techo cercano con una escalera que lleva hasta el suelo, a un callejón no visible desde la ciudad, parece seguro
Las tres nuevas integrantes del grupo son las primeras en saltar hacia el otro edificio por lo que, por unos segundos, me quedo a solas con Julián.
—¿Celosa? —Pregunta de manera arrogante.
—Te encantaría —Le contesto, mientras salto al otro tejado, con un dejo de sarcasmo en la voz.

Cuando El Apocalipsis Empieza (Masacre Mundial 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora