Parte Única

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Lo era todo para Él y le amaba con locura.

Se lo recordaba en las mañanas al ver su rostro de ángel oscuro apoyado en su pecho mientras agitaba sus pestañas a manera de saludo.

Se lo decía cuando cocinaba mientras le rodeaba con sus brazos y le besaba el níveo cuello.

Se lo gritaba en medio de sus continuas peleas efímeras pero necesarias.

Se lo susurraba en medio de las nubes del placer que sólo él le podía regalar.

Se lo escribía en pequeños papeles de colores que colocaba encima de su mesa de trabajo cuando no le veía.

Se lo demostraba día a día mediante caricias y besos.

Se lo recordaba cuando tenían problemas y sentían que en cualquier momento podrían caer para no levantarse nuevamente.

Se lo expresaba con miradas, algunas más largas que otras, en cualquier momento inesperado del día.

Se le escapaba durante y después de risas estallantes que eran provocadas por sus mismas fugas de estupidez.

Se lo mencionaba enfrente de todos para obviar aún más que sólo era suyo.

Se lo repetía delante de sus hijos para que siguieran el ejemplo, eso sí, sin quitarle protagonismo.

Se lo hacía saber todos los días sin falta, terminando con la misma frase y sabiendo que no le molestaba, sino que por el contrario le encantaba ver esos profundos ojos con un brillo único y esencial dedicado sólo a él.

Y cuando estaba a punto de caer en un sueño profundo, sentía sus brazos rodearle y los labios cerca de su oído respondiéndole:

-Yo también te amo Naruto.

Fragmentos (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora