Al fin llego el día que menos esperaba:
Lunes!
Me agarró una crisis emocional cuando me desperté al darme cuenta que día era. No solo no había preparado las cosas de la mochila, ¡sino tampoco había arreglado el uniforme!
Intenté apresurarme, armé la mochila y me puse la vestimenta. Como siempre esa clase de ropa me quedaba espantosa; bah... con la palabra espantoso me quedo corta!
Me peiné mi melena que luchaba con mantenerse desordenada y me preparé un rápido desayuno, me cepillé los dientes y esperé afuera a que me pasaran a buscar.
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Llegué al colegio 5 minutos antes de que empezaran a formar y busqué el curso que me había tocado, según una nota que me había llegado unas semanas anteriores, formé ahí esperando que alguien se me acercase o me preguntase algo. Nada, ni nadie se acercó, así que como podrán ver forme sola como una estúpida.
Después de todo el acto de inauguración de comienzo de clases, me dirigí a mi supuesta aula, entré y me encaminé a un banco desocupado en el centro del aula. Me estaba muriendo por dentro porque todos hablaban entre ellos y yo ahí, sola. Por suerte unas chicas sentadas unos bancos más atrás míos me dijieron que si quería me podía sentar más cerca de ellas. ¡Obviamente lo hice! Y cuando entró el profesor me llamó la atención pidiéndome que me separara un poco y fue ahí cuando todos se voltearon a verme. ¡Fue espantoso!
Después de unos minutos empezó a tomar asistencia y como no me nombró se lo dije. Le resultó de lo más normal ya que siempre los primeros días de clase algunos alumnos no estaban inscriptos en la planilla. Me pidió que me dirigiera a preceptoria y junto a otro chico obedecí.
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Ya en la preceptoria, una chica de no más de 35 años nos atendió. Los dos le explicamos nuestro motivo de por qué nos encontrábamos allí y ella en unos minutos se puso a buscar en su computadora la carpeta con los archivos de las planillas. Nos confirmó que a mi me habían anotado en otro curso y que como él había pedido un cambio de curso no lo habían anotado. Yo, anonadada, me quedé pensando. ¡Era imposible! Ellos mismos me habían mandado una nota avisando que mi curso era el A. ¡Había una gran equivocación!
El chico cuyo nombre es Máximo, se dio cuenta de me sorprendí y me avisó que había cierta posibilidad de que me quedase en el A y él se fuera al B.
Entonces le dijimos a la preceptora lo que se nos había ocurrido y ella respondió que si era posible pero que había que esperar un transcurso de dos semanas; mientras tanto yo debía permanecer en el B. No me quedó más remedio y acepté.
Barbara, la preceptora,me acompañó hasta el B porque se lo había pedido, ya que no quería entrar sola de la nada en medio de la clase.
Cuando ingresé todos se giraron a mirarme, de nuevo, como en el A. No todos los días se veía aparecer a alguien nuevo ya que el colegio es enorme y hay muchísimos alumnos.
El único problema es que solo había un solo asiento vacío en medio de unos chicos al fondo, y no me quedo otra que sentarme allí rodeada de varones.
Unas chicas, que se sentaban en el frente, se me acercaron en el recreo preguntándome de todo; como siempre la clásica pregunta "¿Quién me gustaba o me parecía el más lindo del curso?"
Mi lunes pasó tan lentamente y fue tan aburrido. Llegué a casa agotada de todo lo ocurrido y, sobre todo, el gran cambio.Eso fue todo mi lunes. Cuando tenga tiempo te seguiré contado cada detalle que me ocurra en los próximos días, hasta ahora, sé que puedo contar contigo.
Con amor,
Mary.Hola lectores! Les comunicó que como recién comienzo tengo que empezar a ver cuando voy a tener tiempo para actualizar. Voy a tratar de subir la mayor cantidad posible de capítulos los días que tenga tiempo.
Kisses 😘
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Ojos que no ven
De TodoMarilyn una chica común y corriente pasa por muchos sufrimientos en su vida y está en medio de una crisis adolescente, estaba a punto de tomar una decisión equivocada, pero realmente será equivocada? O será lo mejor?