Al otro extremo

25 de Marzo, 2014.

Mi nombre es Rigoberta. Feo nombre, ¿verdad?

Soy rubia pero no platinada, mis ojos son azules como la noche y mi piel es de tono oscuro.

La verdad es que soy muy bella aunque nadie lo nota. Escondo tanto mi figura como mi personalidad en largas remeras.

Tengo dos mejores amigos, únicos también. Estoy enamorada del chico más lindo de toda la secundaria, y seguramente del mundo.

Aunque jamás tendré oportunidades con él. — ¡Oh, que desgraciada soy! — La típica nerd antisocial y el sexy rugbier no van juntos, no.

Hasta que una vez el me vió en una partida al anotar un gol y conectamos. Nos enamoramos, nos casamos y tuvimos 3 hijos.

— Buuuuuuuu, aburridooooo. —

Hey escritora, más originalidad por favor.

Mejor les explicó porqué digo que mi "historia" es aburrida.

Pues simple, porque sencillamente, esa no es mi historia.

Soy la chica más popular de la escuela. Sí, esa que en todas las historias odian.

Tranquilos. No me odiarán. Espero.

Soy popular, sí, pero no por ser hermosa -que lo soy, que no quepan dudas- sino porque lo cierto es que soy dentro de todo una buena persona.

Me preocupo por la mayoría de las personas sin importar sean lo que sean.

Nerds, frikis, deportistas, porristas.

Como siempre digo: "No importa lo de afuera, el sentimiento lo debe cubrir"

¿Y a qué me refiero con esta frase?

Pues que no importa si eres rico o pobre. Si tienes el cabello castaño o rubio. Si te gusta leer o si te gusta cantar. Lo único que importa es lo que eres realmente.

No malpiensen. Hay personas incomprendidas en el mundo que con el tiempo tal vez se vuelven malas. Yo con esas no me comunico mucho.

La chica punk, dark o como quieran llamarla de la escuela.

Sally Jones damas y caballeros.

Tiene tanta oscuridad como el negro mismo.

Me odia. No sé porqué. Pueden decirme loca pero creo que esa chica está obsesionada conmigo. Me da mucho miedo.

Bueno, cerrando mi punto, soy amiga o al menos me llevo bien con toda la escuela.

Exceptuando a Sally.

El problema es que no quiero que ella me odie.

La verdad es que tal vez me siento identificada con ella, ya saben, en el sentido de la soledad.

Porque a pesar de que nadie sepa, yo tuve un pasado, y mi vida dio un giro de 360 grados al mudarme a Buenos Aires.

En un pasado no tan lejano, yo era la apartada social. No era punk ni nada por el estilo. Sólo me apartaban porque no encajaba. Como si quisieran juntar un cuadrado con un triángulo. Yo y mi anterior escuela no congeniábamos.

Va a ser díficil que entiendan mi presente mientras les voy contando mi pasado pero espero comprendan, que las personas cambian. Para bien y para mal. Crecen y maduran.

Soporté cosas horribles que me dejaron de esta manera. Tan buena. Tan vulnerable. Tan necesitada de amor, de amistad. Tan cambiante.

En fin, mi pasado no es tan bonito como mi presente y el futuro aún no logro saberlo y si les gusta sigo haciendo, que las oraciones queden en verso.

¿Les comenté sobre mi profesión poética frustrada? Bueno, no viene al caso.

Aquí se presenta más formalmente su servidora queridos lectores y lectoras, con nombre y apellido.

Mi nombre es Elizabeth Sanders y actualmente vivo en Buenos Aires. Nací en Gran Bretaña y estudié por varios años el castellano, para acostumbrarme claro. Mis padres están separados y no veo a mi padre desde los 12 años. Hoy en día estudio mi último año de secundaria en B.A.Q ( Bellas Artes de Quilmes ) como lo dice el nombre, la escuela se especializa en las bellas artes.

Para más información consulte en Wikipedia.

Espero nos llevemos bien.

    Con cariño y toda su estima,

                                                                                                                                  Elizabeth Sanders