Tres de la tarde, en mi casa, precisamente en mi habitación con el celular entre las manos, leí "En 5min llego, ¿podemos vernos?" respiré hondo y traté de estar tranquila.
Anoche llamé a Liam, su mejor amigo y me dijo que había salido con una amiga. Me mantuve en silencio, pero me extrañó que Zayn no me dijese absolutamente nada. Sé que no somos nada, o sea, si lo somos, amigos –respiré hondo nuevamente- pero siempre habían miradas cómplices, coqueteos mutuos, roces y risas nerviosas que me dieron a entender que había algo, pero creo que solo yo me confundí. Vibró nuevamente el celular entre mis manos "Estoy fuera" uno mas de él. Caminé tomándome mi tiempo y abrí la puerta.
- Hola –sonrió de lado.
- Pasa –me hice a un lado, él entro y me quedó mirando- Vamos al patio.
- Como quieras –siempre me daba en el gusto, ¿con que motivo? Caminamos y nos sentamos en el pasto, ninguno dijo algo, yo miraba mis manos y el moreno solo se dedicaba a observarme- ¿Pasa algo?
- Dímelo tú... -¡Pero que bruta! No muestre interés, no seas estúpida. Mordí mi lengua.
- Liam dijo que hablaron ¿Qué te dijo? –empezó a arrancar el pasto esperando a que respondiera- vamos, dime que te molesta, somos amigos, confía en mi.
- Justamente eso me molesta, que siempre dices que confíe en ti, que somos amigos que... -suspiré, estaba enrabiándome, arrancando igualmente el pasto pero con furia- no, no importa.
- ¿Es por Perrie? –tocó mi pierna para que lo mirase y lo hice, sus malditos ojos me desconcentraban, hacían que me perdiera en ellos.
- ¿Qui-quien es esa? –genial, ahora tartamudeaba.
- Con la que fui al cine anoche –carcajeó ¿Qué era lo gracioso? Lo miré amenazante y sonrió- Estas celosa...
- ¡Que! –resoplé nerviosa- estas loco, no me pone celosa, ni la conozco.
- ¿Entonces por qué estas así? –se recostó en el pasto con los ojos cerrados, el sol golpeaba su bronceada piel, volvía a sonreí. Parecía que gozaba de esto- No me digas que no es nada, no te creeré.
- No lo diré –abracé mis piernas. Quiero enojarme con él, quiero gritarle, quiero que se vaya... no mejor no, quiero...- Si, estoy celosa –se incorporó velozmente haciendo que quedáramos de frente- ¿Feliz?
- Si –se acomodó aun mas cerca, me miró directo a los ojos sonriendo, embobándome con su perfecta sonrisa- Entonces funcionó...
- ¿De que hablas? –quise alejarme, pero su cuerpo era como un imán, una vez que estas tan cerca era imposible mantener distancia.
- Lo de la cita con Perrie, que sintieras celos, inseguridad y todo eso que sientes ahí –se atrevió a tocar mi pecho, justo en el corazón que,latía ya muy rápido. Abrí los ojos de par en par sin creerle palabra alguna. ¿Para qué lo hizo? ¿Qué quería probar con aquello?
- Eres imbécil –quité su mano y me puse de pie –vete.
Me empeñé en entrar a la casa, casi temblando pero me alcanzó por el brazo, haciendo que girara a encontrarme con sus ojos, su boca, su respiración y su aroma que me llegó de golpe. Apreté la mandíbula y los puños, realmente odiaba que fuera así de estúpido.
- Me gustas –susurró sujetándome de las muñecas.
- Mientes –dije por inercia, no quería creerle- suéltame, por favor.
- Pero es verdad, mira –tomó delicadamente mi mano derecha y la puso en su pecho.
- Zayn... -su corazón estaba latiendo mas rápido de lo que podía imaginar, golpeando violentamente contra su pecho, miré aquel lugar donde su órgano vital indicaba que él estaba vivo y volví a mirarlo a los ojos, cristalizados, llenos de emoción, ¡Dios! ¿Era verdad?
No sabía que decir y solo atiné a retroceder torpemente hasta chocar con la puerta, él rió y mi cara se puso colorada, acortó la distancia que nos separaba y me abrazó por la cintura susurrando "No es necesario que me digas lo mismo" contra mi oído, pero daba que si quería decirlo pero de mi boca no salía nada, estaba tan sorprendida que las palabras se juntaban, revolvía y escondían en mi mente.
- Está bien si no sientes lo mismo –bajé la mirada, no sabía que hacer, él se estaba alejando y opté por imitarlo. Agarré su mano y me miró detenidamente.
- Siente –casi temblando puse su mano en mi corazón, abrió los ojos y sonrió.
- Te esta dando un infarto o... -lo interrumpí.
- También... me gustas, Zayn –logré decirle.
Volvió a tomarme por la cintura, acercándome a su cuerpo, torpemente lo abracé por el cuello imaginado lo que vendría y muriendo de ganas de que pasara luego. Ni se imaginaba las ganas que tenía de besar sus perfectos labios, entonces ocurrió. Se acercó lento a lo que ponía un mechón de cabello tras mi oreja y... me besó. Fue mas dulce, más cálido y más esperado de lo que imaginaba. Sus suaves movimientos me acercaron mas a él hasta tal punto que sentía su corazón queriendo salir de su pecho para bailar al ritmo del mío, juntos, como uno solo.
FIN