Capitulo 7: Engaño

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"AMOLAD no me pertenece es propiedad de The Snipster"

Des observo a Leo, mientras la sonrisa de este se perdía, se había precipitado demasiado, la mueca en el rostro del más alto se lo confirmaba, las acciones de su contrario evidenciaba un rechazo.

— Creo...que fui muy rápido — aclaró Leo, agachando la mirada, el comentario ocasiono que Des negara con las manos, se hundió en sus pensamientos y fue malinterpretado.

— No, es solo que pienso... que no deberíamos proceder así— la voz de Aeva sonaba avergonzada, Leo dio una sonrisa de medio lado, todo estaba avanzando a su antojo, el millonario era algo inocente, o tal vez tenía poca astucia en el terreno amoroso.

— Des, es normal que temas, pero ambos somos adultos responsable de nuestros actos, si te sientes comprometido de alguna manera podemos dejarlo— la voz de Spindler sonaba demasiado convincente—. Sabes donde vivo, si cambias de opinión te espero en mi hogar.

Leo se puso de pie, y pago la cuenta, para posteriormente dejar el lugar, Des se quedó en la mesa observando la pizza, en una servilleta, perfectamente doblada se encontraba el teléfono del chico de ojos oliva, guardando aquel papel en su bolsillo procedió a salir del restaurant.

Condujo hasta la compañía de manera automática, la música no despejaba de su mente la propuesta del moreno, tal vez era una trampa, o por primera vez podría divertirse, dejo su auto en el estacionamiento y en el camino al ascensor se encontró con el segundo socio, Tomás Natt*.

— Des ¿Cuánto tiempo? — la mirada azul se clavó en la ámbar, la sonrisa de dientes blancos se hizo más ancha, Aeva estrecho su mano rápidamente, la altura de su contrario lo rebasaba, por escasos cuatro centímetros, pero suficientes para darle un aura de respeto, Tomás se encargaba de cerrar algunos tratos fuera de la empresa, había viajado a Canadá a supervisar la cadena de cafeterías que se abrieron en aquel país.

— Tenemos un año sin vernos, que bien qué estés de regreso, Lou no me aviso que volvías— le dijo con reproche, Tomás soltó una risa franca que provoco que la furia de Des, el hombre seguía siendo el mismo.

— No le avise a nadie, quería ver tu rostro sorprendido y al parecer lo logre — le dio un codazo ligero, lo cual provoco que el enojo aumentara, Tomás y él arribaron al piso principal, las secretarias lo saludaron demasiado entusiastas, el señor Natt era un encanto bien disfrazado, Aeva suspiro siendo seguido por el azabache a su lujosa oficina principal, encontrándose con su asistente, quien recibió una sonrisa arrolladora por parte del hombre; Lourdes casi tira la carpeta por la sorpresa de verlo.

— Deja de coquetear Tom, tenemos mucho que hablar, Lourdes ¡cancela mis citas de la tarde!— ordeno Aeva, la morena corrió a cumplir el encargo, dejando a ambos hombres solos en la enorme oficina de Des, el cual tomo asiento en su cómodo sofá empresarial, mientras su invitado miraba los reconocimientos a espalda del ambarino. El ceño fruncido lo hacía lucir adorable.

— ¿Celos Des? — lo pico Tomás, provocando que el aludido pusiera los ojos en blanco en señal de frustración — perdón, sabes que me gusta molestarte ¿Cómo está el negocio?

— Tenemos que tomar las decisiones del comercial nuevo, y ver las bebidas de los nuevos lanzamientos — le dijo, sacando una carpeta con información de su archivero y pasándosela a su socio, este hizo una mueca y se cruzó de brazos sin tomarla.

— Aeva, tú tienes la cabeza para tomar las decisiones de las bebidas, yo me encargo del comercial y tratar con Vega — contesto con una sonrisa amplia y cínica, Des pensó que era un buen trato, volviendo a guardar la selección de bebidas en su escritorio de caoba negra.

Miradas (AMOLAD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora