3.- En el Capitolio

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A Viktor no le tomó mucho descubrir que la gente del Capitolio no era tan distinta a la del Distrito 12 en el sentido que ambos eran muy fáciles de impresionar.

A tan sólo minutos de su llegada, y ya se había hecho de un considerable séquito de admiradores.

-Es un verdadero honor estar aquí-dijo sonriendo a un grupo de chicas vestidas con colores llamativos, cada una más que la anterior.

Después, se tomó el tiempo de estrechar la mano de un hombre emocionado que usaba un abrigo de pieles con estampado de cebra, y permitió que una mujer con un vestido y un sombrero decorado con flores lo abrazara.

-Usted es más linda que las rosas en su ropa-la elogió besando su mano, y ella se sonrojó y dejó escapar una risita complacida.

Impresionarlos en serio era demasiado fácil, con una excepción: Yuuri Katsuki.

Ahora que podía reflexionar en su reencuentro en el tren, seguía sin saber cómo sentirse: intrigado y cautivado por la confianza y seguridad con que se desenvolvía, o enojado y resentido porque lo tratara de esa manera tan condescendiente e impersonal. Y el que Yuuri apenas y le hubiera dado la oportunidad de hablar no hacía sino aumentar su molestia. Entonces decidió que dos podían jugar el mismo juego, si bien su resolución tendría que esperar.

Fue guiado a una habitación amplia donde lo revisaron y prepararon para "ponerlo presentable" para el posterior encuentro con su estilista personal. Ahí tuvo la oportunidad de echar un rápido vistazo a algunos de los otros tributos. En especial llamaron su atención un chico de cabello negro y expresión severa que se encontraba en un cubículo frente al suyo, y un joven rubio que coqueteaba con sus asistentes. Casi de inmediato, decide que éste último le agrada, pensando en la posibilidad de una alianza a futuro.

Con su estilista, sin embargo, la situación es un poco más complicada y corrobora dos cosas: que efectivamente se trata ni más ni menos que de Phichit Chulanont, quien también hubiera sido estilista de Yuuri y que definitivamente no sabe cómo sentirse respecto a él.

Phichit se mantuvo al lado de Yuuri desde su regresó al distrito, en lugar de esperar en el Capitolio y presentarse para acompañarlo durante su Gira de victoria como hasta donde sabía era la costumbre. Ambos parecían ser especialmente cercanos, su relación yendo más allá de lo profesional, lo que desconocía era hasta que punto.

De acuerdo con Mari, eran muy buenos amigos, y dado que Yuuri siempre había tenido dificultades para hacer amistades, era natural que quisiera mantenerlo cerca. Viktor pensaba que Phichit debía apreciarlo mucho para renunciar a las comodidades del Capitolio y prácticamente mudarse al Distrito 12, dónde la pobreza y la miseria eran la norma en el día a día.

No era que estuviese celoso, para nada. Solo se trataba de una sana curiosidad de por qué el chico que se hubiera ofrecido como tributo en su lugar lo ignoraba y en cambio favorecía a un extraño.

(Si bien Viktor nunca había sido especialmente cercano a Yuuri y Phichit probablemente fue una fuente de apoyo importante durante sus juegos, pero esos eran hechos que prefería no considerar.)

-Pero si es el famoso Viktor Nikiforov.

Al encontrase frente a él, comprendió porque a Yuuri le agradaba Phichit. Su sonrisa era cálida y genuina, y todo él irradiaba amabilidad y simpatía. Lo único llamativo de su apariencia, era la gabardina roja y dorada llena de bolsillos decorados con estampados de... ¿ratones? muy detallados y realistas.

-Yuuri me ha hablado mucho de ti-continuó sin contrariarse por su falta de respuesta y en cambio ofreciéndole su mano para que la estrechara.

- Oh, ¿en serio? En ese caso, es un gusto conocerte al fin-le dedicó su mejor sonrisa ensayada correspondiendo el gesto, y quizás, sólo quizás, apretó su mano con más fuerza de la debida, puesto que Phichit hizo una mueca.

Everything remains as it never wasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora