Sara está tumbada en su cama con una pila de libros al lado. Me sonríe cuando entro en la habitación y vuelve a centrarse en sus estudios.
-¿Me harías un favor? –la pregunto mientras bajamos al comedor para la cena. Ella asiente. –¿Puedes cubrirme está noche cuando hagan la inspección?
-¿Dónde vas a ir? –Rye pasa por delante de nosotras riéndose de algo con Mikey Cobban, otro miembro de su club. Sara me ve mirarlos y pone los ojos en blanco. –No hace falta que contestes...
-No es por Rye. –me quedo callada al ver a Jack caminando al lado de Andy Fowler y de Brooklyn Gibson, el último miembro del club.
-No te estoy juzgando. –me guiña el ojo. –Si yo tuviera la oportunidad de estar con Rye también me saltaría el toque de queda.
-¿Y si vienes conmigo? –me muerdo la lengua hasta que noto el sabor de la sangre en la boca. Esta puede ser la estupidez más grande que he dicho jamás. –Carol te está llamando. –le digo para disimular. Se despide de mí y se sienta al lado de sus amigas.
Jack ni siquiera me mira y pasa de largo para sentarse en la misma mesa que Andy y los demás. Traidor. Me paso toda la cena pendiente de ellos y cuando se levantan y empiezan a marcharse le hago una señal a Sara para que no olvide su misión y los sigo.
Tardo un par de minutos en descubrir a donde se dirigen: al bosque. Corro más rápido y me salto la valla que rodea al enorme colegio pensando en el peligro que puede correr Jack. ¿Cómo ha podido dejarse convencer?
Mikey lleva en las manos algo que parece un cuaderno y va guiando a los demás. De repente todos se detienen alrededor de una vieja y enorme piedra. Contengo la respiración oculta tras un arbusto. ¿Qué clase de broma están planeando?
-Ayudadme a moverla. –dice Andy. –Tiene que estar debajo.
Una rama cruje bajo mis pies y todos se vuelven en busca de la fuente del ruido. Veo miedo en sus ojos y algo se remueve dentro de mí. Quiero marcharme, cerrar los ojos y aparecer en mi cama.
Pero ya es tarde. Mikey me ha visto y camina hacia mí. Retrocedo hasta que mi espalda choca contra el tronco de un árbol.
-¿Por qué coño nos sigues? –susurra apuntándome con el cuaderno. Sus ojos azules parecen haberse vuelto del mismo color negro que su pelo, que se confunde en la oscuridad.
-¿Qué estáis haciendo? –la voz me tiembla.
-Eso a ti no te importa. Lárgate.
-Espera, Mikey. –dice Rye. –Enséñale el cuaderno.
Todos menos Jack que permanece sorprendentemente callado expresan su desacuerdo.
-¿Qué más da? Ya nos ha visto. –les hace callar Rye.
Mikey me tiende el cuaderno de mala gana y resulta ser un bloc de dibujo.
-¿Qué es esto? –ninguno contesta y yo sigo pasando las páginas, llenas de dibujos macabros, protagonizados por niños. Hasta que llego a la última que muestra el mismo espacio del bosque en el que nos encontramos con una anotación al lado: "la puerta" –Si esto es una broma no...
-¿A ti te parece que es una broma? –pregunta Andy que está más pálido de lo normal.
-Vale, si es cierto, ¿qué esperáis encontrar ahí?
-Cadáveres. –Brooklyn ha dado un paso al frente. –Una prueba de que lo que hay en el bloc es real.
-¿Y después qué? ¿Vais a decírselo a la policía? –todos se quedan mudos de nuevo. –Nadie va a creeros.
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No confíes en mí (Fanfic Road Trip)
Hayran KurguEmma, una adolescente solitaria se ve envuelta en una trama de asesinatos y desapariciones que tuvieron lugar en su internado hace más de veinte años. ¿Estarías dispuesto a descubrir la verdad aunque eso ponga en peligro a tus amigos o... no tan ami...