Plan erótico ©

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En el juego y el amor todo se valía, ¿o cómo era?

En el piso de madera yacía una Tablet que mostraba en toda su pantalla una imagen a negro y rojo de una ruleta que encendía cada opción a cada milisegundo, se trataba de una aplicación que ninguno sabía de dónde la había sacado Lucy, y ella tampoco revelaba el secreto. Cada vez que alguien tocaba la pantalla, la imagen se quedaba fija y la opción iluminada era lo que le tocaba hacer a la persona elegida. Al lado había una botella de cerveza vacía para poder elegir quién sería el retador y el retado.

Al principio, todos los hombres se habían reído de Lucy por la idea de ese juego que ellos habían llamado infantil, pero al momento de leer las opciones, a todos les interesó jugar, aunque con los nervios de punta.

Lucy le agradecía a Dios que ya era de madrugada y todos estaban felices y un poco achispados por el alcohol, lo que reducía sus nervios y los animaba a jugar el juego que había encontrado.

Se habían sentado en el piso alrededor de los dos objetos; todos estaban nerviosos al momento que la botella empezó a girar, y ese nerviosismo se convirtió en terror cuando a la primera, a Erza le tocó escenificar junto con Gajeel, su postura favorita en el sexo. La temperatura había subido en décimas de segundos, y de repente todos tenían calor.

—Natsu...

Lucy quería morir, había olvidado que ese juego era totalmente diferente y de nada le servía haber quedado casi frente de Natsu porque eso solo significaría que él la mandaría a estar con otro, o ella lo mandaría a estar con otra, y primero muerta antes que, por su culpa, Natsu fuera a tener contacto con otra mujer.

Cerró los ojos disculpándose mentalmente con Juvia y tocó la imagen de la rueda.

Besa su cuello por un minuto.

«¡Me cago en la... !»

—B-besa el cuello de... —Desvió su mirada a Juvia pidiéndole perdón mentalmente, y esta se la devolvió como si estuviera loca. —Gray, p-por un minuto.

Todos escucharon el grito ahogado de Juvia, pero decidieron ignorarlo por risas y burlas.

Si las miradas matasen, Lucy ya estaría cruelmente asesinada por Juvia, Gray y Natsu. Joder, que ya pensaba que este último la odiaba.

—¡Empieza a correr el tiempo! —Parecía que Gajeel era el único que se divertía con esa situación.

Natsu y Gray suspiraron a la vez mirándose como si quisieran asesinarse. Gray volteó su cabeza y cerró sus ojos como si se tratase de un niño al cual le fueran a poner una inyección, y a Natsu solo le faltaba cubrirse la nariz para completar su expresión de asco.

Levy, Erza, Lucy e incluso Juvia, nunca se imaginaron que ver a dos hombres en esa situación las pondría como en ese momento. Ninguna botaba sangre por la nariz. Pero sí liquido por otro lado.

—Ay Dios mío, hasta le dejó una marca. —Dijo Levy boquiabierta.

—Nunca te perdonaré esto, Lucy.

Sí, definitivamente Natsu la odiaba después de aquello.

—Estoy deseando que me toque mandarte.

—¡Y a mí!

Natsu, Gray y Juvia; los tres la odiaban.

Quítate una prenda.

—Debes quitarle una prenda a Juvia. Gihi. —Río Gajeel.

—¡P-pero yo solo tengo un vestido!