Together (Clexa) [PAUSADA]

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Aquí es donde todo comenzó:

-Clarke / Edad: 9 y medio-

Estaba en mi cuarto haciendo mi tarea cuando Abby me llamó. No bajé la primera vez que dijo mi nombre ni la segunda ni la quinta. Esperé concentrada a que entrara en mi habitación.

Y eso hizo.

-Clarke Griffin, sé que me has escuchado, ¿por qué no bajas cuando te llamo? - preguntó frustrada.

Me encogí de hombros y seguí con los ejercicios de matemática que tenía sobre el escritorio. Ella suspiró y se sentó en mi cama.

-Clarke, necesito hablar contigo sobre algo.- la ignoré aunque moría de curiosidad.- Hey, es importante. ¿Podrías mirarme?

Resignada me di vuelta y la enfrenté.

-Estoy haciendo mi tarea Abby, ¿Que es tan importante?

(Lo sé, era una niña malcriada y desagradable pero ustedes deben entender que era la princesa de papá. Él no sabia decirme que no.)

Ella me miró con nerviosismo y movió su anillo de compromiso.

-Marcus y yo hablamos sobre mudarnos juntos.

-¿Que?

Se irá a vivir con él. Me va a abandonar, ya no quiere estar conmigo. Se va a ir con él.

-Que pensamos en vender esta casa y su departamento para comprar una casa más grande. Así viviremos todos juntos.

Por segundo me sentí aliviada, yo estaba incluida en los planes. Pero algo me golpeo. Vendería esta casa.

-¡No! - grité furiosa.- No puedes vender nuestra casa.- mis ojos se llenaron de lagrimas.- Tu no puedes decidir que hacer. Esta es la casa de papá. Esta casa es para toda la vida.

-Clarke, cálmate. Lo sé.- dijo sosteniéndome por los hombros.

-No, tu no sabes.

-Hey, escucha. Se lo dije a Marcus, le dije que no podemos vender esta casa.

Me alejé de ella y sequé mis lagrimas.

-¿Entonces?

-Vamos a arrendarla.

-¿A otras personas? - pregunté algo molesta.- No. Podemos vivir todos aquí. Por favor.

-Clarke, esta casa tiene 3 habitaciones.- agaché mi cabeza y apreté los puños frustrada.- Prometo que serán personas amables, ¿bueno?

Me di vuelta y me senté enojada donde estaba antes, continué haciendo mi tarea como si ella no estuviera ahí. La escuché suspirar y salió de mi pieza sin decir nada. Cuando escuché que bajaba las escaleras, tomé la foto de mi padre que tenia en mi escritorio y me puse a llorar.

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Las semanas siguientes pasaron rápidamente y están algo borrosas en mi memoria, intenté olvidar que me iría pronto pero no pude. Me dediqué a fotografiar todos los lugares con recuerdos especiales con mi cámara instantánea. Desde la puerta de mi pieza en la que marcaba mi crecimiento cada cierto tiempo hasta la quemadura que quedó en el techo de la cocina cuando papá intentó hacer papas fritas.

Todo quedó guardado en álbum de fotos que me regaló una compañera de trabajo de mi mamá para mi cumpleaños.

Guardé ese álbum de fotografías durante toda mi vida como mi más preciado y secreto tesoro. Solo una persona, además de mi vio ese álbum.