Corazón Karmático

"Por favor, no te enamores sin mí"

"Me sentí indispuesta, y de alguna forma, pensé que las cosas terminarían de otra manera".

"Entre tantos mantos de soledad intercambiada con fiesta, repleta de sustancias que podrían llamarse tóxicas y benéficas, simplemente no podía creer lo que significaba ser libre. Amigos, familiares e incluso desconocidos, llegaron a platicarle entre susurros lo que significaba no estar atada a relaciones que no aportaban ni una pizca de empatía a la vida de uno mismo. Era la extraña sensación de mantenerse perdida y sin rumbo, pero al mismo tiempo era encontrar una nueva era a la cual pertenecer.

Entre rocosos sentimientos que pasaban cruzados por su garganta, eran suficientes y al mismo tiempo, escasos. Amaba sentir el viento chocar contra sus pómulos. Era feliz si el agua le empapaba el cuerpo completamente. Acudía a ser la más soñadora cuando la tela de estrellas caía y la luna se asomaba a saludar. Salir de velada o tardeada con sus mejores amigos, ir a parrilladas con sus familiares, conocer nuevas personas y disfrutar del tiempo con ellos. Romper y comenzar nuevas relaciones, ninguna romántica, por supuesto. Tan solo era ir y venir sin dejar que eso afectara o interfiriera de algún modo en su vida. Con sus emociones y sentimientos.

Pero ya dentro de la libertad, sumergida en ella, existía un punto en el que deseaba ser rodeada por unos brazos protectores, por una voz que regañaba sonoramente, por una interferencia entre aquellos y ella. Su padre era lo que más deseaba.

Recordaba nunca haber vivido algo similar a lo que sus amigos y conocidos vivían. Recordaba nunca haber celebrado un día del padre. Aparentemente soñaba con estar recostada en el regazo del que se supone debía ser su más grande protector, el que le recordara que estar con pedazos de idiotas no era la solución. Tenía conflictos todo el tiempo en cualquier relación, que lo único que necesitaba era sentirse en un hogar sin elección, solo con amor. A veces se sentía mal porque su madre era la mejor, pero su padre era el peor, al menos para ella, no haberse hecho cargo y soltarla al aire, era aberrante. Vivir así no era vivir algunas veces.

Sin embargo, ella no podía dejar de amar a ese ser humano, inexplicablemente le agradecía haber aportado su semilla. Agradecía que, aún si quizá ella no fue su mayor anhelo, él sí lo era. Era imposible creer esto a veces. Ella no podía enamorarse ni entregarse por miedo a lo que pudiera pasarle, a que la abandonasen de nuevo sin dudarlo ni por un instante. Temía con todo su corazón ser completamente herida de nuevo. No querer darle la opción a nadie de lastimarla... o ganarse la oportunidad de ser quien robe lo poco de amor que le quedaba. Era dramático pensarlo de esa forma... Lo sabía... Pero también sabía que su corazón era de oro, enorme como de pollo, no le apetecía aceptarlo, o bien, ventilarlo para "mayor conveniencia".

Tenía miedo de enamorarse, no podía enamorarse de nadie más sin él y, en lo profundo de su corazón, esperaba que él no pudiera enamorarse de alguien más... Sin ella. "Por favor, no te enamoras sin mí", terminó de escribir con una pequeña lágrima decorando el papel".

Waas, M., 2017

Inspirada en: "I can't fall in love without you" de Zara Larsson.

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