Las tres y media. Aparcamiento del instituto.
Estoy a pleno sol, protegiéndome los ojos con una mano. Al principio no lo veo. Tal vez se ha ido sin mí. O tal vez yo he salido por la puerta equivocada. La ciudad es pequeña, pero el instituto es grande. Hay tres mil alumnos porque somos el único instituto en muchos kilómetros a la redonda. Podría estar en cualquier parte.
Me apoyo en el manillar de mi bicicleta, heredada de Lottie. Ella le puso de nombre Leroy porque le gustaba decir a nuestros padres:
«He estado montando a Leroy» y «Voy a montar un rato a Leroy».
Aparece Niall, seguido de Zayn
-Está allí -dice Niall. -. Si le partes el corazón, le daré una patada a ese culo enorme tuyo que te mandará hasta Kentucky. Lo digo en serio. Lo último que necesita es que juegues con su cabeza. ¿Entendido?
-Entendido.
-Y lo siento. Ya sabes. Por lo de tu hermana.
Miro hacia donde Niall señala ahora. Harry está apoyado en un monovolumen pequeño, las manos en los bolsillos, como si tuviera todo el tiempo del mundo y estuviera esperándome. Pienso en las frases de Virginia Woolf, en las de Las olas:
«Pálido, con cabello oscuro, el que se acerca es melancólico, romántico. Y yo soy espigada, fluida y caprichosa; porque él es melancolía, es romántico. Está aquí...».
Me acerco a él empujando la bicicleta. Su cabello rizado está alborotado, y la luz crea en él reflejos de color más claro. Es tan blanco de piel que se le ven las venas de los brazos.
Abre la puerta del acompañante del coche.
-Bienvenido.
-Te dije que nada de coche.
-No he pensado en coger la bicicleta, de modo que tendremos que pasar por mi casa para recogerla.
-En este caso, te seguiré.
Conduce más despacio de lo necesario y en diez minutos llegamos a su casa. Es un edificio colonial de dos plantas construido en ladrillo con arbustos bajo las ventanas, persianas negras y una puerta de color rojo. Hay un buzón de correos también rojo en que se lee STYLES.
Espero en el camino de acceso mientras él intenta localizar una bicicleta entre el caos del garaje. Al final la encuentra, la levanta y la saca al exterior. Observo los movimientos de flexión de la musculatura de sus brazos.
-Puedes dejar la mochila en mi habitación.
-Llevo allí todas mis cosas... Un libro de historia de Indiana que he sacado de la biblioteca al acabar la última clase y bolsas de plástico de diversos tamaños -cortesía de una de las señoras del comedor-, para cualquier recuerdo que podamos encontrar.
-De eso ya me ocupo yo.
Abre la puerta y la se corre a un lado para que yo pase.
Parece una casa normal y corriente, no el lugar donde esperarías que viviese Harry Styles. Las paredes están cubiertas con fotografías escolares enmarcadas. Harry en la guardería. Harry en primaria. Cada año tiene un aspecto distinto, no solo en cuanto a la edad, sino también como persona. Harry el Payaso de la clase. Harry el Torpe. Harry el Deportista.
Abre de un empujón una puerta que hay al final del pasillo. Las paredes son oscuras, de un tono rojo intenso, y todo lo demás es negro: la mesa, las sillas, la librería, la colcha, las guitarras. Hay una pared entera cubierta con fotografías, notas, servilletas y pedazos de papel. En las otras paredes hay pósters de conciertos y una fotografía grande en blanco y negro de él en un escenario, guitarra en mano.
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Broken Soul (L.S)
FanfictionLouis está roto. Harry está roto. ¿Pueden dos mitades rotas reconstruirse? Esta es la historia de una chico que aprende a vivir de un chico que pretende morir; de dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar los días para empezar a vivirlos. || A...