Un Dulce Consuelo

CAPÍTULO ÚNICO

-lamento la perdida de tu hermano-

Sisyphus sintió una inexplicable felicidad al escuchar esa suave voz y al ver esos orbes azules cubiertos de preocupación.

Sisyphus fue incapaz de ocultar la triste sonrisa que de pronto se había formado en su rostro.

Esto era algo realmente melancolico, hace años que no le veía con esa mirada dulce y comprensiva en su precioso rostro.

Ciertamente muchas cosas parecían querer cambiar.

-es extraño verte por aquí, hace tiempo que no hablavamos-

Sisyphus estaba seguro que las palabras que salieron de su boca estaban cargadas de reproche, el ceño fruncido en el contrarió se lo decían.

-esas palabras no tienen nada que ver a lo que yo he dicho ¿Acaso la tristesa no te permite escuchar bien?-

Un suspiro ahogado murio en la boca de Sisyphus, Aspros sin duda había cambiado, pero seguía teniendo el don de irritar a las personas.

-estoy bien, no estoy triste por su muerte-

Y era verdad, Sisyphus no sentía tristesa por la muerte de su hermano, el caballero dorado Ilias de Leo. Aunque admitía sentir cierto malestar en su corazón.

Y eso para Sisyphus era algo realmente abrumador, pues la relación que había mantenido con su hermano era de cierto modo distante, siempre a la sombra de un genial hermano mayor.

El hermano del Heroe

Aspros quien esta de pie frente a él, solto un bosteso aburrido.

-¿Entonces por que tu rostro esta desconpuesto por la tristesa?-la pregunta de Géminis tomo por sorpresa a Sisyphus quien de pronto se dio cuenta de que en aquel malestar en su corazón era sin duda la tristesa.

Eso era aún más abrumador.

-entonces, es extraño verte preocupado por alguien que no sea el tonto puesto de patriarca-

Sisyphus suspiro frustrado, no era momento de ponerse en esa actitud, él hijo de Ilias se encontraba descansando en su habitación después de un día realmente agotador.

El hijo que ahora se encontraba bajo su tutela.

Ese niño era una razón muy valiosa para dejar los reproches, el rencor y la envidia atrás.

Tenía que ser una mejor persona por ese niño.

Por su sobrino.

Aspros mordió su labio inferior, en el fondo sabía que se merecía esos reproches por parte de Sisyphus, o al menos eso creía.

Hace años que se había distanciado de todos hasta de su propio hermano, no deseaba distracciones ni obstaculos.

Se sobresalto, realmente le aterraba los pensamientos que podía llegar a tener.

-me da mucha felicidad el estar contigo-dijo Sisyphus sintiendo sus hombros menos pesados.

El rubor cubrió las mejillas de Aspros quien nervioso opto por sentarse al lado de su compañero de armas.

-ya lo sé-Sisyphus bufo divertido ante el ego de su amigo, aunque sabía que Aspros solo trataba de encubrir su verguenza y ese hermoso rubor que adornaba sus mejillas.

Fue por eso que Sisyphus no dudo en pasar su brazo alrededor de la estrecha cintura de Aspros.

-¡Sisyphus!-y la queja no se hizo esperar logrando que el castaño soltara una carcajada con total sinceridad contagiando a su compañero.