Te sigo buscando

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Te sigo buscando

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"Que se marche quien no se sienta afortunado de tenerte en su vida"

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Los meses comenzaron a pasar en la vida de él y de ella, a veces recibían noticias del chico y de su madre, pero al llegar ya no había nada, las dudas comenzaban a asomarse en cada instaste ¿alguien los estaba ayudando? Y si era el caso ¿quién? ¿Quién estaba ayudando a Orihime a tener a Kazui lejos? ¿Quién los estaba escondiendo? Miles de preguntas bombardeaban la mente de Ichigo cada día.

Esa mañana Rukia iba ser dada de alta, estaba emocionada, todo el arduo trabajo de recuperación estaba valiendo la pena, esos días donde debía caminar como si fuera la primera vez, cosas que había dado por sentado ya no lo eran, la cotidianidad no existía en su vida y apreciaba cada pequeño detalle, arreglo sus cosas y camino con tranquilidad ayudada de una muleta para salir de la clínica; el auto estaba esperándola, en él estaba Byakuya mirándola con orgullo. Subió al auto, se demoró un poco, pero insistió en hacerlo por si misma. El viaje paso con tranquilidad, con un silencio que era bastante cómodo. Estaba emocionada, extrañaba su hogar, sus cosas, su ambiente ¡su hija! Se confundió al ver que iban a la casa de Byakuya, dirigió la mirada hacia el hombre de mirar frio, pero este no le dijo nada, es más, ni se inmuto ante la mirada desconcertada de la chica.

Al llegar el chofer abrió la puerta de la mujer, agradeció en voz baja y bajo con ayuda de sus muletas, todo seguía igual, esa casa no cambiaba con el paso del tiempo. Camino hacia la entrada principal seguida del hombre, al abrir la puerta escucho unas leves explosiones, cerro sus ojos rápidamente y sintió como papeles caían sobre ella. Abrió sus ojos, y vio un cartel gigante que decía "bienvenida a casa" globos por todos lados, ahí estaban Hisana, Karin, Yuzu, Isshin, Renji, Ichigo, pero su mirada se enfocó en la pequeña que estaba al medio con una gran sonrisa en su rostro, sus ojos se aguaron rápidamente y se puso de rodillas para recibir a su hija que corría hacia ella. Se fundieron en un abrazo que duro unos minutos, al separarse la pequeña tenía lagrimas anidadas en sus pestañas.

-b-bienvenida a casa mamá - dijo sollozando -

-estoy en casa, Ichika – respondió acariciando su cabello -

Fijo su mirada en Renji, una leve nostalgia se anido en su pecho, él desvió la mirada un poco avergonzado, pero lo entendió. Se levanto con un poco de dificultad.

-Renji, debemos conversar – dijo ella -

-s-si...- respondió nervioso -

Ambos caminaron hacia la pieza estudio de Byakuya, ahí cerraron la puerta, ella estaba mirando por la ventana y él estaba detrás de ella, a una distancia prudente, apretó sus puños y bajo su mirada, estaba avergonzado, se sentía culpable de todo lo que había pasado, pero ¿Cómo pedir disculpas? Una simple palabra no bastaría para que ella pudiera borrar todo lo que había vivido, una disculpa no haría que ella recuperara el tiempo.

-ha pasado un tiempo desde que no hablamos los dos solos – dijo ella rompiendo el silencio -

- si... - agrego él -

Juntos a través de los años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora