Una noche a solas

2.6K 145 56
                                    

Clarke

Observé a mis amigos alejarse por donde habían venido. Era gracioso ver que, a pesar de los años, seguían siendo esencialmente las mismas personas.

Pero la alegría por haberles recuperado no me había hecho olvidar el momento que había compartido con Bellamy minutos antes. De verdad había dicho que quería besarme? O sólo me lo había imaginado?

Él se volvió a mirarme y me quedó claro que ambos estábamos pensando lo mismo. Me miraba tan intensamente que parecía que podía leerme el alma.

De repente, recordé el disparo y vi la mancha de sangre en su hombro.

--Dios mío, Bellamy, estás herido!

--No es nada, sólo un rasguño-- dice él quitándole importancia.

--Quítate el traje, voy a echarle un vistazo-- digo sería, y me dirijo hacia el interior de la cueva en busca de mi botiquín.

Al llegar veo a Madi, profundamente dormida al lado de la hoguera. Siempre he envidiado la capacidad de la pequeña para dormir como una piedra en cualquier lugar.

Empiezo a sacar todo lo necesario y escucho a Bellamy a mi lado, quitándose el traje antirradiación. Cuando me giro veo que se ha quitado también la camiseta y se ha quedado sólo con los pantalones, que se ciñen a la parte baja de sus caderas.

La visión del cuerpo masculino semidesnudo hace que, por un momento, olvide qué era lo que tenía que hacer y una sensación de calor me invadió.

Al pillarme observándolo, Bellamy esboza una media sonrisa y se gira para poner la herida de su hombro al alcance de mis ojos.

Al ver la sangre, reacciono y me dispongo a curarle. Examinó la herida con cuidado y me alivia comprobar que la bala sólo ha rozado la carne. Limpio la herida con desinfectante mientras él me mira con interés.

--Necesitarás puntos-- digo, intentando conservar la calma.

--Echaba de menos a mi doctora particular-- me dice con voz ronca. Cómo algo que había hecho cientos de veces podía resultarme tan erótico en este momento? Cabeza fría, Clarke.

Me dispongo a coser la herida y él permanece quieto, sin dar muestras del dolor que sin duda debía estar sintiendo. Por suerte sólo hicieron falta cinco puntos por lo que en 2 minutos había terminado y vendado la herida.

--Ya puedes vestirte-- le digo, mirando hacia otro lado para intentar que el rubor que se había apoderado de mi rostro lo abandonara antes de que él se diera cuenta. Me pongo a recoger y limpiar los útiles médicos cuando notó un cuerpo caliente rozar mi espalda. Entonces dos brazos fuertes se ciñeron a mi cintura, dejándome sin respiración.

--Intento hacer lo correcto, pero no me lo pones fácil princesa-- dice él con la voz ronca y la boca pegada a mi oreja.

--Yo? Sí lo único que he hecho es curarte-- digo, con la voz temblorosa por el deseo contenido --eres tu el que está abrazándome medio desnudo-- digo acariciando sus fuertes antebrazos cubiertos de suave vello negro.

--Y tu la que hace un momento me miró como si fuera comestible-- dijo, mientras con una mano me apartaba el pelo del cuello y depositaba un suave beso en mi piel mientras que con el otro brazo me estrechaba aún más contra su cuerpo. Un placentero escalofrío recorrió mi cuerpo y las ganas de dejarme llevar por la pasión eran acuciantes, pero la visión de Madi dormida a unos pasos de nosotros me devolvió rápidamente a la realidad.

--Bellamy, no podemos, no aun-- susurro mientras me deshago de su abrazo y me separó de él, intentando recobrar la cordura.

Él suspira y se pone la camiseta.

--Tienes razón, perdona.

--Deberían darme un premio al autocontrol-- digo por lo bajo

Él me escucha y me dedica una media sonrisa que no me ayuda.

--Voy a hacer guardia... Y a que me de el aire-- se despide con humor en su voz.

Esta va a ser una noche muy larga.

Bellamy

A la mañana siguiente me despierta la luz del amanecer. Cómo había echado de menos esa sensación.

Me quedé dormido haciendo guardia. Por suerte Steinburg no ha dado señales de vida, aunque me preocupa que pueda aparecer en el momento más inesperado.

Escucho movimiento dentro de la cueva y me encamino hacia su interior. Parte de mi teme que todo lo sucedido el día anterior haya sido un sueño. Pero esa sensación se esfuma al ver su cara. Clarke me mira como si estuviera pensando lo mismo que yo.

Me sonríe y yo a ella.

--Ejem... Buenos días Bellamy-- dice Madi con una sonrisa pícara en los labios.

--Buenos días-- respondo, apartando por fin la mirada de Clarke y dirigiéndola a la pequeña, que me mira curiosa.

--Debemos irnos-- comienza Clarke, rompiendo el hielo --vamos a buscar el Rover y luego nos dirigiremos al valle para reunirnos con los demás

--No me puedo creer que aún lo tengas-- exclamo, sorprendido de que ese viejo cacharro haya sobrevivido a otro apocalipsis.

Caminamos por el bosque dirigidos por Madi. Yo me deleito con los olores y los sonidos del bosque, que ya casi había olvidado después de tantos años en el espacio.

Después de media hora de caminata nos disponemos a cruzar un riachuelo cuando un bulto en la orilla llama nuestra atención.

--Qué es eso?-- pregunta Clarke mientras se dirige directamente al cuerpo extraño.

Yo tardo medio segundo en reconocer la goma del traje protector de la Gagarin y, en cuanto lo hago, corro para detenerla.

--Espera! Es Steinburg-- ella me mira confusa --el que se despertó en la nave y se volvió loco. Iba armado-- le recuerdo.

--Pero no se mueve, podría necesitar ayuda-- hay cosas que nunca cambian, como Clarke y su instinto de salvar a cualquiera.

Me adelanto, interponiendo mi cuerpo entre él y las chicas, y le doy un toque con el pie. Al no obtener respuesta, me arrodillo a su lado y le quito el arma, que guardo en la parte trasera de la cinturilla de mis pantalones.

Entonces Clarke se acerca y entre los dos le damos la vuelta. Ella comprueba el medidor de su traje  y nos damos cuenta de que se ha quedado sin oxígeno.

--Se está asfixiando ahí dentro. Bellamy, ayúdame a quitarle el casco. Madi, tu vete a buscar el Rover y tráelo aquí, lo necesitaremos para trasladarle-- ordena rápidamente.

Cómo la había echado de menos.

Clarke

Observo a Madi irse mientras Bell le quita el casco al tal Steinburg. No se si saldrá de esta, pero necesitaba alejarla por si el tipo despierta y es peligroso.

Le tomo el pulso y compruebo que su corazón aun late pero no respira.
Me dispongo a hacerle el boca a boca mientras que Bellamy me observa con atención.

Tras dos series de respiraciones, el hombre comienza a toser y abre los ojos.

--Quién eres tu? Dónde estoy?-- pregunta asustado, mirando en todas direcciones.

--Tranquilo-- digo con voz suave, acariciando su frente para intentar que se relaje --soy Clarke y estás en la Tierra.

Image credit: Pinterest

6 años y 7 días después (Bellarke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora