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NA: Si existe una crack ship, ahí estaré yo para shippearlos :) No me malentiendan, las parejas canon son amorsh, los amo.

*~*~*

—Así que quieres saber qué táctica hará que dejes de fracasar con las bellezas —Fiore DeRosa hablaba con confidencia y en un susurro, pues estaba a punto de relevar un importante secreto—. ¡Sin embargo! Tienes que estar muy desesperado para recurrir a esta táctica.

—¡E-estoy desesperado! —respondió Ringabel en agonía después de haber sido rechazado una vez más por su querida Edea.

—Muy bien, entonces tienes que... —se agachó un poco, lo suficiente para susurrar junto al joven. Los ojos del rubio se abrieron cada vez más y más en su asombro. ¡Esa técnica era digna de ser llamada el último recurso...! Sin embargo, Ringabel no era un hombre de prejuicios, así que no se sintió repudiado al escuchar lo dicho por Fiore; solo estaba muy muy sorprendido—. Ten cuidado con esta técnica, muchacho —le advirtió, pero no dijo el porqué. Debería ser obvio, y aún así Ringabel se encontró tratando de averiguarlo.

Agradeció al hombre de rojo, sacudiendo su mano firmemente antes de regresar al hotel en Florem donde él y sus amigos se estaban hospedando. Había reservado una cena romántica y sería una lástima desperdiciarla. Como Edea ya le había rechazado, estaba fuera de cuestión volverle a preguntar -había comprobado por las malas que insistir mucho con ella podía acabar mal. Si trataba de preguntarle a Agnés- bueno, la vestal del viento no era su tipo. Además recibiría la desaprobación de Edea de todos modos y, muy seguramente, también la de Tiz. Las mujeres de Florem eran demasiado superficiales, había aprendido la lección.

Suspiró, parado a la puerta del hotel sin saber qué hacer.

—¿Ringabel? —se volteó para ver quién le llamaba, viendo que se trataba de Tiz. Parecía que recién había salido a comprar repuestos de pociones y demás útiles—. Te veo decaído.

Ringabel agachó la cabeza, rendido. Vio a Tiz sonreír con simpatía por el rabillo del ojo.

—¿Te han vuelto a rechazar? —se acercó a él, colocando una mano amiga sobre su hombro y dándole unas suaves palmadas de ánimo.

—Oye, Tiz, —al sentir su mano cálida sobre su hombro, y recordando las palabras de Fiore, tuvo una epifanía— tengo una reserva en el restaurante del hotel... pero como te imaginas Edea se negó.

El joven de Norende ladeó un poco la cabeza, mostrando confusión en su rostro. Sabía que Ringabel estaba implicando algo, pero no sabía qué.

—¿Irías tú en su lugar? —se frotó la nuca, nervioso.

Tiz arrugó un poco el ceño, pensando en ello. Entonces enseguida volvió a sonreír, asintiendo con su cabeza.

—Me sentaría mal que desperdiciaras el dinero que debió de costarte la reserva —explicó Tiz—. Dejaré lo que compré en nuestra habitación.

—¡Gracias, Tiz! — el muchacho sonrió una vez más antes de marcharse hacia el interior del edificio.

Ringabel se pasó una mano por su cabello, suspirando de alivio. No tendría que cancelar la reserva y perder el dinero, bien. De paso,  quizás, podría poner en práctica la táctica de Fiore. Pero, ¿quería hacer eso con Tiz? No se sentía bien utilizar a su amigo para atraer a las chicas... Oh bueno. ¡Era por una buena causa!

*~*~*

Las mujeres miraban raro en su dirección; normal, cuando eran dos hombres sentados teniendo una cena considerada lujosa en una ciudad en la que únicamente vivían mujeres. Al menos Tiz parecía asombrado con la comida, eran cosas que no había probado ni visto nunca. Ringabel, si alguna vez las había visto, no lo recordaba.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2017 ⏰

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