Alfa Venus

1: Larva

"Interludio"

Y ahí está de nuevo, esperando detrás del rincón, dispuesto a lanzarse encima de él como un niño buscando la protección de su mamá, repitiendo una y otra vez ese cortejo enfermizo y malsano. En ese momento, nadie podría describir mejor el cómo se siente el estarse ahogando más que Park Ji Min, sólo que él no se está ahogando en agua, se ahoga dentro de sí mismo y las miradas. "Maldición, las miradas" piensa una y otra vez.

Solía ser soportable, o al menos eso se decía el chico, antes de aquella noche, aquella noche que trae a su lengua el agrio sabor del cobre y rememora con sobrenatural lucidez un rubor ardiente sobre su rostro entonces cubierto de sudor frío, "Y de miradas". Ese último pensamiento retumba en su cabeza como una campanada, un aullido con una voz que no es la suya.
El empalagoso y nada sorpresivo abrazo de Jeon Jeong-guk lo saca de sus pensamientos un instante, y aquello que lo ahogaba vuelve a aparecer, subiendo como espuma y está a punto de derramarse "¿Cómo llegué a esto?".

Capítulo 1

Cuando se llega a la mayoría de edad ya no se apagan velitas en el gran día. Para Park Ji Min, su propio regalo de cumpleaños fue un café demasiado colado y un pan duro. Fue un lunes, el día que terminaron las vacaciones de verano y, en resumen, no fue un buen día. Jimin sin embargo no se sorprendió, últimamente sentía que había muchas cosas en su contra y el que su cumpleaños hubiera caído en un día tan poco agradable no le quitó el sueño. Lo que le colmó la paciencia ese día fueron los omegas, "los malditos omegas", la gran mayoría terminando su periodo de celo. Los veías por la calle despidiendo ese particular aroma a blanqueador y piel. Alzando un irritante rostro de satisfacción autocomplaciente, la cual se le figuraba como una masturbación a pleno aire libre. Lo odiaba.

La facultad de Artes quedaba más allá de la avenida principal, cruzando el distrito comercial de la ciudad. Todos los puestos abrían una hora más temprano durante temporada estudiantil, así que no era raro ver a los jóvenes omegas abarrotando las cafeterías y los puestos de periódicos, apoyados con ambos codos sobre la mesa, alzando la cadera a los Alfas que pasaban. "Pose de puta", a Jimin le divertía llamarle así. Más de una vez se había sorprendido a sí mismo frente al espejo de su habitación imitándolos, a solas, sin nadie que pudiera verlo. Ahora se encontraba paseando entre ellos y sus miradas ansiosas, hombres y mujeres por igual que olían su esencia de Alfa antes de que el chico siquiera entrara en el distrito.

¿Por qué no rodeaba el distrito comercial? La respuesta corta era que el chico se decía a sí mismo que no repudiaba a los omegas en celo y a su aroma. Mentía.
La respuesta larga es el puente. Si uno quería rodear el distrito comercial, había que pasar por el puente Nabi, a través del parque central.
"Si el sol aún no brilla, no has de mirar el agua quieta bajo el puente, pues detrás de tu reflejo aparece la dama sonriente, que te empujará a la muerte"
Inconscientemente, Jimin repitió el verso con los labios y en silencio, desde niño había escuchado la leyenda de la dama sonriente que aparece en el puente Nabi, ahora que era casi un adulto, se decía que no podía ser cierto y que era estúpido, también se mentía.

-¿Qué ricura pasa por aquí?- dijo el joven que le había empujado con una embestida de trasero, sacándole por completo de sus pensamientos.
Le dedicó al joven omega una mirada de desdén, pero en su rostro el joven omega solo leyó confusión. Se encontraba acompañado de jóvenes iguales a él. Jimin pudo ver con el rabillo del ojo que uno de ellos tenía una cicatriz en forma de media luna sobre el hombro.

-¿Y bien?

-Es un chico estudioso Sehun, seguro es doctor.

-Oh- el joven omega soltó una risa, a Jimin no le pudo parecer más falsa. Acto seguido estiró la mano hacia él.