Capítulo 4

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—¿Sabes? Son chicos.

—Lo sé.

—Sus padres casi no lo aceptan, si no fuera porque reaccioné.

El doncel cerró el libro y se levantó de la cama. Mientras su esposo se sacaba la corbata, lo sorprendió por atrás con un besito en la mejilla. El peli-azul sonrió. Aún con la diferencia de altura, el peli-morado abrazaba la espalda—o, mejor dicho, la cadera—de éste mostrando lo feliz que estaba. "Shu-chan siempre salva a todos" pensó.

—Shu-chan, eres un superhéroe— rio Kokichi.

—Apenas soy un buen detective— dijo modesto. Lamentó ya no usar su gorra. Ya no podía ocultar sus sonrojos tan fácil.

—¿Cómo puedes decir eso?— a veces, no entendía esa actitud, aunque ya estuviera acostumbrado— tienes un montón de contactos, eres tu propio jefe y de los demás. No sólo eso, sino que has resuelto casos de asesinato en días. ¡Shu-chan, eres genial!

—Basta...

—Y, por cierto, ¡¿QUÉ LE PUSISTE AL RAMEN?!

—¡TE DIJE QUE NO SOY BUEN COCINERO!

—¡¿MI PALADAR CAMBIÓ ACASO?! ¡TU COMIDA SABÍA MUY BIEN CUANDO ERAMOS ADOLESCENTES!

—¡DIJISTE QUE COMÍAS SÓLO PURE DE PAPÁS! ¡ERAS COMO UN PERRO CALLEJERO, AL CUAL LE DABAS CARNE PODRIDA Y ÉL QUERÍA QUE ABRAS UN RESTAURANTE QUE SIRVA ESO!

—Sí, eso tendría más sentido...

—Como que se nos fue la atmósfera romántica, ¿no?

—Así es, como sea... me voy a dormir.

—Nada de boca abajo. Si mi bebé sale machucado, será tu culpa.

—Será de Dios por hacerme sufrir. ¡¿SABES LO HORRIBLE QUE ES TENER UN BALDE A TU LADO?!

—Valdrá la pena.

—Ya, ya. ¡Lo sé! ¡No soy un niño!

(...)

—¡Buen día, Harukawa-sensei!

—Buen día, sobrino.

Maki odiaba que "sus mocosos" la llamaran por su nombre. Sólo por ser menores no tenían derecho. Según sus palabras, necesitaban ser educados para que en el "día de mañana" pensaran lo que dijesen. Nagito y Hajime corrieron de la mano hasta Koichi para abrazarlo. Al final, cayeron los tres al piso pero aún abrazados.

—Koi-chan, ¿sabes lo que significa un "aniversario"?— preguntó el pequeño castaño levantando a su albinito.

—No muy bien— dijo honesto— mi mamá anda diciendo un día al año algo como "¡SHUICHI SAIHARA, OLVIDASTE NUESTRO ANIVERSARIO! ¡VOY A VOLVER CON RANTARO, MALDITO HIJO DE...!" y luego dijo una palabra que no me acuerdo.

—¿Y... y qué pasó con tu papá?— murmuró el albino tímidamente.

—Primero, se cayó de las escaleras— la parejita tembló—, pero luego apareció con un ramo de rosas para mamá. Mamá dijo algo como "¡Ay! ¡Que lindo detalle! ¡No tenías que molestarte, cariño!".

Mientras que de la otra punta del salón, la oji-carmesí tenía un sonrisa nerviosa en su rostro junto con una gota de sudor cayendo de su frente. "Tal y como suena..." rio nerviosamente "como una mujer".

(...)

—¡NO IRÁS!

—¡ES MI HIJO!

—¡TAMBIÉN EL MÍO!

¡Sonríe, Ouma! (segunda temporada) /Saiouma/Oumasai/Where stories live. Discover now