ATENCIÓN: esto es yaoi con somnofilia así que en caso de que te guste pon tu imaginación en marcha mientras estés leyendo esto...
|| Cuando Victor parpadea para despertarse, la luz del sol está fluyendo a través de la ventana de su habitación, Iluminando el espacio con el pálido resplandor de la madrugada. La nieve cae suavemente afuera, y Víctor sonríe, complacido por la calma general de la mañana.
En la cama, siente que algo se remueve, y mira hacia abajo para ver a su marido, Yuuri, todavía dormido, dándole la espalda a Victor, mientras se enrolla en una pequeña bola y se envuelve la manta alrededor de sí mismo. Tiene frío, Victor se da cuenta distraídamente, su sonrisa creciendo incluso mientras Yuuri tira de la manta lejos de él.
Yuuri Katsuki-Nikiforov: tres veces medallista de oro en el GPF, dos veces campeón en el World, futuro competidor olímpico... y un cover hog.
Victor ahoga una risita mientras vuelve su atención al reloj de su mesa de noche. Es aproximadamente una hora antes de que su alarma suene, pero honestamente, Víctor despierto tan temprano no es ninguna sorpresa, así como no es ninguna sorpresa que Yuuri, para todos los intentos y propósitos, parezca muerto al mundo ahora mismo.
Víctor Katsuki-Nikiforov es una persona mañanera, completamente. Su esposo, por otra parte, es firmemente un búho nocturno. Cuando Víctor está despierto, ya de ojos brillantes y ansioso por comenzar el día, Yuuri apenas empieza a estar consciente. Dormiría hasta las dos de la tarde si se lo permitían.
La mayor parte del tiempo, Yuuri solo puede culparse a sí mismo por ello – Victor ha perdido la cuenta de cuántas veces le ha pedido a Yuuri guardar su teléfono o portátil justo antes de dormir, sólo para que obtener un "Sólo un segundo, Vitya" murmurado, como respuesta. Por supuesto, un segundo se convierte rápidamente en un minuto, luego en media hora, y Víctor inevitablemente se despertará a medianoche para ver a su marido todavía mirando una pantalla brillantemente iluminada. Sera entonces su turno de apagar la maldita cosa y jalar un Yuuri indignado hacia sus brazos, y mantenerlo hasta que se quede dormido.
Sin embargo, en esta mañana en particular, Víctor tomaría con mucho gusto la culpa de la negativa de Yuuri a levantarse. Habían estado en ello hasta bastante tarde la noche anterior (de ahí la razón de que Makkachin no estaba actualmente en su habitación, habiendo sido relegado a dormir afuera, en su cama), y las señales de ello están por todo el cuerpo de Yuuri.
Las marcas de la mordedura manchan el cuello y la mandíbula inferior del patinador japonés, y si él estuviera ahora de frente a Víctor, serían visibles en su pecho, también. A Victor siempre le ha encantado marcarlo, pero por lo general, Yuuri le hacía jurar que sólo dejaría marcas donde nadie más las notara. Víctor se dejó llevar anoche, ni siquiera la camisa cuello de tortuga de Yuuri escondería la evidencia.
Conseguiría muchas miradas hoy en la pista, eso es seguro.
Víctor no puede sentirse mal, ni siquiera temer del regaño que Yuuri seguramente le dará cuando despierte. La piel pálida de Yuuri se ve tan bien con esas marcas oscuras.
Lascivamente, Victor baja lentamente la manta por la espalda desnuda de Yuuri, exponiendo más del encantador cuerpo de su marido. Moretones en forma de huellas de mano están en su cintura, y más marcas de mordedura le cubren el trasero y los muslos. Víctor había sido vicioso anoche, y no puede evitar resplandecer de orgullo por el resultado de su arduo trabajo.
Yuuri se remueve, su rostro se contorsiona con disgusto cuando el frío comienza a golpearlo. Murmura algo sin sentido bajo su respiración, pero Víctor jura que escucha "Vitya", y está completamente encantado por ello.
Se inclina y presiona un beso en la parte posterior del cuello de su esposo, dejando que sus labios permanezcan allí durante unos momentos antes de separarse. El rostro de Yuuri se ha relajado ligeramente, aunque todavía hay un adorable puchero en sus labios suaves y rosados que Victor es inmediatamente superado con el impulso de besarse.
