Capítulo 2 "Emmanuel"

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Al llegar a esta nueva escuela en mi país natal y prácticamente no reconocer a nadie después de haber estado dos años en Estados Unidos me sentía extraña.  Cuando llegué, me reporte con los maestros y algunos de los que estuvieron conmigo en octavo grado me reconocieron y me dijeron cosas como ''Te vez super diferente" "Estas grande" "Echaste cuerpo". Conocí  algunas personas nuevas, se sentía raro. Pensé que acá me sentiría en casa nuevamente, pero la verdad es que me sentía muy bien en Estados Unidos a pesar de que me moría de ganas por venir acá. Al parecer mis viejas amistades no me reconocían o no se atrevían a hablarme. Las primeras semanas fueron aburridas, hasta que conocí a Emmanuel. Llego como si fuese un "gatillero", tenia tatuajes, pantallas y andaba con las mangas de la camisa apretadisimas a sus fuertes brazos, a simple vista se veían sus marcadisimos músculos y lo prepotente que era. El era el único capaz de enfrentar a los maestros. Me parecía prepotente y ridículo. No me agradaban para nada las personas que se creen mas que otras, eso es absurdo para mi. Me alejé de el lo mas que pude pero al parecer yo siempre estaba en conjunto con sus problemas. El peor de todos fue cuando se le ocurrió ir con su grupo de prepotentes a coger nuestros bultos y tirarlos desde el tercer piso "por aburrimiento". Y cuando digo "nuestros bultos" me refiero a los bultos de Alan, Marina y Peter, mis amigos desde quinto grado. Alan y Peter eran los únicos hombres contra cinco, así que sin pensarlo me uní a ellos y se formó la primera pelea escolar de ese año.

-Que mierda te pasa Emmanuel? -le grite con mucha furia.

-No te metas, esto es entre Alan, Peter y yo. -dijo con su mano en dirección a mi cara

-Y para que mierda coges mi bulto también?

-Ya que estas en el bonche...

Sin pensarlo me aventé sobre Emmanuel y le entre a golpes. Y no quiero echármelas pero si no llega a ser porque Peter me arranca de la cabeza de Emmanuel le hubiese arrancado hasta las orejas. Nos llevaron a la oficina y casi nos suspenden pero nos la dejaron pasar. Lo peor de todo es que los padres de Peter pensaron que era mejor cambiarlo de escuela así que así pasó, terminó siendo obligado a culminar su último año de escuela superior con gente que no conocía. Luego de eso Emmanuel me pidió disculpas y comenzamos a hablar hasta que se lo presente a mis padres como mi novio. Aparentemente el solo me podía presentar a su papa y a su abuelo por parte de su madre ya que esta había fallecido cuando el tenia cuatro años. Estuvimos juntos por lo que quedó de año, hasta que en abril nos reencontramos con Peter y nos hicimos amigos los cuatro. Los cuatro? Si, valla sorpresa la que me lleve al saber que Peter tenía novia. Normalmente el no era bueno con eso, pero al parecer le fue bien en la otra escuela.

Salimos muchas veces. Salimos al cine, a la playa, a la bolera, a comer o aveces íbamos a la casa de alguno y nos quedábamos ahí hablando de las cosas de la vida hasta tarde. Sinceramente fueron buenos tiempos, yo y Emmanuel hacíamos una hermosa pareja a pesar de que de un momento a otro el no paraba de celarme de todo, de todos y por todo. Nuestra relación acabó ese mismo verano, o mejor dicho, en ese verano pasaron muchas cosas. Peter iba para los Estados Unidos y prácticamente desde que Emmanuel y yo nos dejamos perdimos contacto. Un mes antes de Peter irse se lo comenté, me pidió disculpas y entonces tuvimos más comunicación. La noche en la que Peter se iba vino a verme y antes de que el viniera me vinieron muchas cosas a la cabeza. La cosa es que durante un mes entero Peter y yo no nos vimos frente a frente, solo texteabamos y nos llamábamos una que otra vez en las noches por FaceTime. No me había dado cuenta de lo que sentía hasta que llego esa noche.

-Hola -dijo sonriendo

-Hola -dije con un nudo en el pecho, como si mis sentimientos quisieran salir corriendo.

Le di un fuerte abrazo y hablamos por unos treinta minutos. Cuando llegó la hora de irse de mi casa mi pecho se apretó mucho más, le di otro abrazo y me preguntó...

-Está todo bien? -preguntó levantando mi cabeza y provocando que mi pecho casi se rajara en dos partes.

-Es solo que hay algo que no te he dicho. -dije quitando su mano de mi barbilla para bajarla otra vez.

-Qué pasa? Dime!

-No puedo decir...

En ese momento llegó una llamada de su papá. Al parecer llevaban buscándolo hace más de una hora y no lo conseguía debido a que en mi casa no tenía señal.

-Me tengo que ir. Prometo llamarte tan pronto llegue.

Dejo un beso en mi frente y se fue. No le dije nada nunca. Cuando me preguntó que iba a decirle, un par de días después, le dije que no me acordaba. Semanas después comencé a hablar con un chico, y tuve una horrible experiencia en un motel. Peter no perdió tiempo en burlarse de mi. Sus burlas continuaron y continuaron hasta que un día me cansé y le dije un comentario extremadamente fuera de lugar.

-Tanya tu tienes que buscarte hombres de verdad, no vírgenes que te dej...

-Ya hubieses querido tu haber sido ese estúpido virgen aquella noche. -nos quedamos en un inmenso silencio hasta que Peter rompió en  carcajadas y yo colgué el teléfono. Me llamó dos  veces y a la tercera respondí.

-Por qué me cuelgas estúpida? -preguntó aún con un poco de risa.

-Eres un idiota. -respondí molesta.

-Por qué? -preguntó sin reír. -Tu tienes algo que decirme, algo que no me hallas dicho?

-Peter, maldita sea, tu me gustas un cojón. Yo nunca te dije nada porque no quería que se dañara nuestra amistad o que eso dañara tu relación con Des. -le grité

-Y tu crees que yo no siento lo mismo? Crees que no me siento mal porque te estoy queriendo mas de lo normal. No seas estup... -grito también

-Y por que nunca me lo dijiste?

-Por lo mismo que tu nunca me lo dijiste a mi.

A escondidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora