Angered Beasts (El Perro y tú) [Juego de Tronos]

Capítulo único

Notas de la traductora: Todos los derechos a uncomfortable-writers, de quien es la historia original en inglés, yo solo me he encargado de traducirla. T/N significa Tu nombre.

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Las suelas de tus zapatos resonaban por el pasillo vacío mientras corrías de la sala del trono, eran lo suficientemente ruidosas como para ahogar tus sollozos.

Joffrey te había golpeado de nuevo sin ninguna razón, o tan solo porque él estaba aburrido. Era un monstruo cruel y violento. Humillada una vez más en una corte llena de gente destinada a ser tus iguales, sin embargo, Joffrey te había arrodillado en el suelo como un animal mientras que él se lanzó a abusar de ti.

Te había golpeado con la mano izquierda que adornaba al menos un anillo de metal en cada dedo; había marcado tu templanza con una impresión de cada pieza de joyería haciendo un desastre bastante sangriento. Tus pequeñas manos estaban sujetas sobre la herida mientras corrías lejos, demasiado atrapada en tus pensamientos para notar que el Perro interrumpió en el otro extremo del pasillo.

El Perro se había fijado en ti, aún no lo habías visto. Él no se molestó en salir del camino para ti, por desgracia. Fuiste directa a su pecho, golpeando tu cabeza con su armadura de metal, él no sintió nada pero no se podía decir lo mismo de ti.

"Mira a dónde vas, muchacha" te susurró en un tono de advertencia. Tú murmuraste un rápido lo siento y trataste de seguir tu camino, pero Sandor ya había percibido de que algo estaba mal. "¿(T/N)?", preguntó él cogiendo tu brazo libre, "¿Qué te pasa ahora, chica?". No había ningún indicio de preocupación, pero definitivamente su estómago estaba burbujeando. Tú le diste una sonrisa quejosa, "No se preocupe, realmente no es nada".

Él no te creyó ni un segundo y en un instante te apartó las manos de la cara. El Perro siempre fue capaz de enmascarar sus emociones, especialmente cuando se trataban de momentos importantes como ahora. Su rostro era un lienzo en blanco, aunque en su interior había una furia ardiente que le suplicaba que fuera a dar una bofetada a Joffrey. Tus padres eran señor y señora de alta cuna antes de sus muertes prematuras, haciéndote un blanco fácil para que Joffrey atacara; no tenías a nadie para defender tu honor, o al menos era lo que él pensaba.

En ese momento, Sandor hizo una silenciosa promesa a sí mismo de cuidar de ti siempre que fuera posible. Dicho esto él jaló de tu brazo con un suspiro profundo, "Vamos muchacha, iremos al médico".

Una expresión de pánico cubrió tu rostro, "Sandor, no es nada en realidad, puedo verme las heridas por mí misma". Lo último que querías hacer era causar un alboroto, lo cual Joffrey se enteraría. Estabas muerta de miedo por si abusaba de ti la próxima vez, sería peor que cualquier otro castigo que te hubiera hecho.

El Perro apretó los dientes por la ira, no por ti, sino por el falso Baratheon que estaba sentado en el trono, "Tú vienes conmigo, fin". 'La última cosa que necesitas es una fea cicatriz en esa hermosa cara', pensó. "Por favor, Joffrey se volverá loco", suplicaste en un intento desesperado, estaban a pocos minutos de donde estaba el doctor real. El Perro se burló interiormente, "Iremos a verle".

En lugar de llamar a la puerta, Sandor se limitó a arrastrarte tras él, "Examínela", exigió.

El Perro se apoyó contra la pared mientras que el doctor comenzaba su trabajo.

Tú te estremecías cada vez que presionaba el líquido desinfectante en tus heridas. Capturaste la mirada de Sandor y no pudiste evitar que la pregunta saliera de tu boca, "¿Por qué me estás ayudando?". Mientras descansaba en la pared, pensó cuidadosamente hasta que encontró la respuesta perfecta, "Porque nadie más lo hará."