Game On.
Karlie nunca fue una chica demasiado femenina. Con sus cabellos rubios despeinados coronados por su infaltable gorra de los New York Giants, unos ademanes bastante masculinos y una innegable pasión para el Fútbol Americano, la joven nunca tuvo demasiados amigos: está tal vez demasiado acostumbrada a su inexistente vida social, y parece aceptarla sin problemas.
Pero cuando el Quarterback del equipo del Instituto Greenville finaliza sus estudios, las audiciones para el puesto no se hacen esperar: los candidatos se esparcen por todos lados, y la posibilidad de formar parte del sector más deseado de la escuela es cada vez más tangible.
Y ella quiere ese puesto. Quiere ese puesto y no por ser popular, quiere ese puesto porque desea mostrarle al mundo que las chicas también pueden jugar, que no todas simplemente aspiran a agitar pompones con prendas que no dejan demasiado a la imaginación frente a todo el colegio.
Y también quiere enseñar que ella, Karlie Peterson, también sabe jugar.