Serenata para mi novio | Concurso 1000 estrellas

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Kim JongIn llegó a mi vida una mañana de de febrero, estaba caminando por los pasillos de la escuela cuando un chico moreno, alto e inusualmente atractivo se paró frente a mi, me tendió una carta y se fue corriendo sonrojado hasta las orejas. La carta decía: "Hyung, desde que cantó en el festival de día de las madres no he podido sacarlo de mi mente. Salga conmigo hoy por favor, lo espero en la cafetería de al lado de la escuela a las 6:00."

Después de ese día, bastaron tan solo unos cuantos meses más para darnos cuenta de que nos complementábamos a la perfección y de que estábamos de verdad enamorados y dispuestos a dar lo mejor para hacer funcionar nuestra relación.

Desde ese día JongIn se ha encargado de ser el novio más atento, dulce y cariñoso de todos, aún cuando yo soy todo lo contrario.

JongIn me sorprende con pequeños detalles cada cierto tiempo, sin importar que no sea un día especial. Me dice palabras dulces cuando estamos solos y unas cuantas subidas de tono en lugares concurridos tan solo para hacerme sonrojar. No le importa quién pueda vernos o que es lo que dirán, me abraza y me besa como si fuera la última vez cada que tiene la oportunidad.

En cambio yo, difícilmente le doy obsequios cuando no es un día de celebración. En muy pocas ocasiones le digo que se ve atractivo, tampoco tengo gestos cariñosos cuando estamos en público. Y no, no es que sea intencional, yo he sido de esa manera toda mi vida, y es por eso precisamente que pienso que JongIn y yo nos complementamos a la perfección.

Hemos hablado al respecto, le pido que no dude del amor que le tengo, que de verdad lo quiero en mi vida, a lo que siempre responde "No te apures por eso corazón ¿qué sería de mí sin mi inexpresivo pingüino de amor?"

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Cuando entramos a la universidad tomamos caminos distintos, yo estudió una licenciatura en matemática y álgebra, mientras que JongIn aprovechó una beca que el bachillerato le otorgaba para estudiar en una academia de danza y así convertirse en un gran bailarín profesional, el mejor.

A diferencia de mi, que tuve que alquilar un departamento para estar más cerca de la escuela, JongIn vivía con su madre ya que su academia estaba a tan solo unas cuadras de su casa, esto ocasionó que tuviéramos más oportunidades de estar a solas e incluso podría decir que si nuestra relación ya era buena, ahora era perfecta.

Hasta que un día, mi novio llegó de visita con algunas noticias.

-...Entonces vinieron unos bailarines desde Rusia y Rumania sólo para apoyarnos con nuevas coreografías que presentaremos para el festival de invierno

JongIn me contó que su academia planeaba hacer un festival para cuando la temporada invernal comenzara, pero que está vez sería más grande que el año anterior. Amaba escucharlo hablar sobre danza, no lograba entender del todo lo que me decía, pero el verlo tan emocionado, feliz y pleno me hacía desbordar alegría a mi también.

-Eso es bueno, ya quiero verte bailar -le dije sonriendo apenas un poco.

-A veces me pregunto si es verdad -dijo, con un tono de voz bajo.

-¿Disculpa? JongIn, ya hemos hablado de esto y lo sien...

-No te disculpes, es siempre lo mismo "lo siento por ser un novio nada expresivo" "seguro mereces algo mejor que yo" pero... es solo que...

-Que... -dije alargando la última sílaba en señal de que quería que continuara con lo que sea que fuera a decir.

-Es solo que, a veces podrías esforzarte un poco, por mi