5. Artemisa Yaxley

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Capítulo 5: Artemisa Yaxley.

— ¿Cómo me has convencido de hacer esto? —volvió a preguntar Maggie en bajos susurros para que nadie además de su acompañante la escuchara. Su corazón latía acelerado mientras caminaba por los oscuros pasillos de Hogwarts.

— No lo recuerdo —contestó Artemisa, haciendo una mueca y subiendo los hombros—. De todas formas ya es tarde para que te arrepientas.

Artemisa Yaxley es...Bueno, primero tienen que saber cómo fue que Maggie la conoció.

Todo empezó horas atrás, cuando Maggie, luego de observar su habitación (elegante, pero fría), se había dejado llevar por los brazos de Morfeo en su nueva y muy cómoda cama.

— ¿Estás despierta? —escuchó Maggie que alguien le preguntaba, demasiado alto y demasiado cerca de su cara como para poder decir que era un sueño e ignorarlo.

Abrió los ojos poco a poco, hasta que su visión se volvió nítida y se encontró a unos centímetros de unos ojos celestes y algo suave de color lila cayendo sobre su cara.

Maggie se alejó rápidamente, cayéndose de la cama en el proceso, muy asustada.

— ¡¿Qué haces en mi habitación?! —gritó Maggie, exaltada.

La chica sin nombre, que resulta que lo lila era el color de su cabello (algo muy curioso en verdad), hizo un magistral salto sobre la cama, tapando la boca de Maggie apenas llegó a su lado.

— ¡Suel...Suéltame! —siguió gritando la pelirroja mientras forcejeaba con la chica.

— ¡No grites! —gritó.

Maggie frunció el ceño.

— Tu también estas gritando —señaló.

La chica hizo un puchero.

— Es que no quería quedar afuera —se quejó—. Para la próxima vez recuerda que tu padre vigila los pasillos de vez en cuando y que si te escucha gritar, poco importa que seas su hija —le explicó.

Mucha información nueva...

— ¿Quién eres y qué haces en mi habitación? —preguntó la pelirroja. Merecía saber quién era la extraña que entraba en su habitación sin razón alguna.

— Soy Artemisa, duermo al lado.

Maggie recordó su nombre junto al suyo, era verdad.

— Y estas aquí por que... —hizo un ademán indicando que Artemisa continuará.

— He decidido que tú, Margareth, me vas a ayudar.

Maggie parpadeo perpleja, viendo como la chica de cabello lila se dirigía hacia la puerta.

— ¿Y cómo es que sabes mi nombre? —le preguntó mientras la seguía. Ya no tenía sueño.

Artemisa la volteó a ver perpleja, como si Maggie fuese tonta.

— Uno —levantó un dedo de la mano en alto—, tu padre es profesor de Hogwarts, todos te conocerán por eso —levantó otro dedo—. Y dos, tu nombre esta en la placa.

Maggie permaneció callada durante el resto del camino, atenta hacia donde Artemisa la estuviese llevando, no conocía el castillo para nada, apenas era su primera noche y ya estaba rompiendo miles de reglas junto a una completa desconocida.

Esperen, ¿Cómo es que se había dejado convencer?

Y eso es todo lo que había ocurrido hasta ahora.

— Para ser exactos, ¿En qué piensas que te voy a ayudar? —cuestionó Maggie, apurando el paso para no quedarse atrás.

De igual forma aunque se negará y quisiera volver, no conocía como volver en la completa oscuridad. Ni siquiera sabía conjurar un Lumos y ya estaba escapándose por las noches.

Las Crónicas de Maggie Snape I: Visiones (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora