El rey León. El reino de Ahadi

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Ahadi y Uru caminaban por la sabana, el rey decidió tomarse el día libre, también le dio el dìa libre a Zuzu, para que conviviera con sus hijos. Ahadi aprovecho a invitar a Uru a pasear con él, ya que los cachorros salieron a jugar temprano y que las leonas no tendrían que cazar sino hasta más tarde.

Aunque se dice que un rey nunca descansa, su padre, el anterior rey Mohatu le enseñó que un rey descansado y atento en mejor que uno agotado y amargado, que de vez en cuando hay que relajarse. Mientras caminaban hablaron de muchas cosas, relacionadas con la manada y el reino, pero luego el rey decidió cambiar de tema y dejar de lado el trabajo al menos por ese día, en su lugar hablaron sobre los cachorros.

__ Mufasa y Taka ya casi están en edad de iniciar su entrenamiento como tal,__ dijo Uru__ no basta con darles charlas mientras pasean por el reino al igual que Zira y Sarabi, que también deben empezar con las lecciones de caza, de eso me encargaré yo personalmente.

__ Me parece bien__ respondió Ahadi__ pero creo que a ellos les costara un poco entender que no serán cachorros para siempre y que además de jugar también tienen deberes.

__ Lo sé, y me preocupa que se resistan a aceptarlo o se nieguen totalmente__ confesó Uru.

__ Sé que es difícil al principio pero luego uno se acostumbra. Mufasa y Sarabi son los más sensatos y obedientes, estoy seguro que no les costará tanto adaptarse los que me preocupan son los traviesos Taka y Zira.

__ Dales una oportunidad, podrán ser traviesos pero son igual de capaces que los otros para ser responsables.

__ Lo sé, lo sé no lo dudo pero es que a veces son tan desobedientes.

__ Ellos me recuerdan a un león que de cachorro era muy travieso y desobediente y que ahora es un gran rey ¿Sabes a quien me refiero?__ pregunto Uru con sonrisa socarrona.

Ahadi se encogió de hombros y se ruborizó, obviamente estaba hablando de él, de cuando era un cachorro travieso.

__ Claro que lo sé__ empezó el muy serio___ era yo, pero yo cambié, mi padre me enseñó que con príncipe tenía responsabilidades con el reino y con mis súbditos.

__ Entonces así mismo tienes que hacer con tus hijos, __ repuso Uru con dulzura dándole un empujoncito amistoso a Ahadi en el hombro__ irles enseñando poco a poco sus deberes y sobre todo ser paciente con Taka, así como lo fue tu padre contigo.

Ahadi se sintió apenado por haber juzgado tan duro a su hijo, sabiendo que su él también le causó dolores de cabeza a su padre por su comportamiento irreverente.

__ ¿Sabes? Eso me hace recordar todas esas travesuras que hacíamos cuando cachorro, __ decía el rey con nostalgia recordando viejos tiempos__ ¿Recuerdas a Adila?

__ Como olvidarla, era esa cachorra de leopardo amiga nuestra muy amistosa y divertida, nuestra compañera de aventuras al igual que Jazid ¿recuerdas? El león blanco.

__ Claro, Adila y Jazid eran nuestros mejores amigos. Pero luego los dos se fueron con sus familias y nunca más supimos de ellos.

__ Sí, quedamos los dos solos__ respondió Uru con melancolía__ pero esa soledad nos ayudó a darnos cuenta de que nos queríamos más allá de un simple cariño de amigos.

__ Sí, pero no fue hasta que estuvimos más grandes que yo me declaré contigo.

__ Perdón ¿Qué tú te me declaraste?__ exclamó Uru haciéndose la ofendida__ Que yo recuerde casi tuve que obligarte a declararte, eras tan tímido y cada vez que estabas a punto de declararte cambiabas de tema te juro que era de lo más desesperante.