Capítulo X

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Después de que terminara mis tareas, mamá llamo a mi puerta diciendo que ya estaba lista la cena.
Yo vi el reloj, eran las 9:30pm, papá había llegado un poco tarde de su trabajo.

Papá trabajaba en una torre ejecutiva, era la mano derecha del dueño.
La torre ejecutiva era un bufete de abogados, el mejor de toda la cuidad y papá era el mejor de todos, a sus manos solo le llegaban casos difíciles y siempre los resolvía. La verdad que papá ganaba bien, teníamos todo lo necesario para vivir, y hasta un poco más.
Él siempre llegaba antes de las 9:00 pm a casa, solo se quedaba hasta más tarde los días que tenía más trabajo.

Baje a la cocina y ayude a mamá a poner la mesa, ella sirvió la cena y los 3 nos sentamos a cenar.
Después papá nos contó acerca de lo que había echo en su trabajo, nos explico que su caso era muy complicado, tenía más de una semana trabajando en el y no podía resolverlo.

Nos quedamos un momento en silencio, y de repente papá me pregunto con interés:

-- Jade, hija. ¿Le has dado mi recado a tú amigo Esteban?.
Yo me atragante con la comida, mamá me palmeó la espalda extrañada por mi reacción, y cuando me logre controlar le respondí:
-- Si papá, se lo he dado, pero no quiero hablar del tema, no volveremos a vernos.
-- ¿Cómo que no se volverán a ver hija?.-- replicó mamá.
-- Si mamá, hoy me ha dicho que no me quiero volver a ver.
-- Que chico tan raro.-- dijo papá mirando a mamá de una manera en la que le dio a entender que no preguntará más acerca del tema.

Después mamá le contó a papá que la casa azul que vendían desde hacía tanto tiempo ya la habían comprado.
Yo les dije que había conocido al chico y que era muy amable. Mamá, como siempre me interrogó, yo solo le dije que me lo había encontrado en el parque y habíamos conversado un rato; mamá no se tragó el cuento, aunque fuera la verdad.
Papá me dijo que estaba bien que hiciera amigos, pero que tuviera cuidado, que eran extraños, yo asentí con la cabeza en señal de que había entendido y seguimos cenando.

Después de terminar de cenar ayude a mamá a lavar los trastes, después subí a mi habitación, le di las buenas noches a mis papás, me puse la pijamada y me metí en la cama, acurrucandome. Tenía que dormir bien, al siguiente día tenia que enfrentarme a Esteban, tenía que ser valiente y pensar muy bien lo que diría, no me haría quedar como una rogona.

De repente,todo estaba un poco borroso; estaba sentada en la mitad del parque, llevaba la misma ropa que el día anterior.
Vi como alguien caminaba hacía mí, solo que el sol no me dejaba distinguir quien era.
Él chico se acercaba hasta mí, me tomo de la cintura y me abrazó, después se separó solo un poco y me beso la frente; ahí lo recoci, era Charly, me miraba fijamente, con esos ojos azules que se adentraba en tu alma, yo suspiraba y sonreía.

Me desperté gracias al sonido del despertador, solo era un sueño.
Pero, porque soñaba con él, solo lo había visto una sola vez. Tal vez él chico me había dado muy buena impresión. Seguramente era solo eso...

Me levanté de la cama tallandome los ojos y me metí a la regadera.
Me arregle para ir a la escuela, me tenía que ver bien, feliz, como si lo que había pasado un día anterior no me importará. No me permitiría mostrarme desarreglada, aunque por dentro estuviera muy mal, y eso no lo podría arreglar con simple ropa.

Revisé que no faltara ningún libro en mi mochila, mucho menos la caja. La mire y sentí un hueco en el estómago.

¿De verdad acabaría con esto?
Sí, lo haría, y no me arrepentiría de nada.
Pensé repitiendo una y otra vez en mi cabeza las ventajas que tendría con sacarlo de mi vida, tratando de convencerme.

Baje a desayunar, y después salí de casa dirigiéndome a la parada de autobús. Me puse mis audífonos y subí al autobús que llego puntual como siempre.

¿Y si te digo que me enamoré de ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora