Cuando eres reservado es difícil hacer amigos, así que te acostumbras a estar sola hasta que ocurra un milagro y encuentres compañía... En este caso el milagro era peludo, tenía cuatro patas, orejas largas y manchas blanco con negro; se convirtió en la alegría de esa pequeña, era su confidente, mejor amigo, hermano, en fin él era todo lo que ella no tenía. Pasaron dos años y la bola de pelos estaba más grande; tan grande como sus desastres, gracias a su mal comportamiento se enfermó gravemente, su familia hizo lo posible para salvarlo y ¡LO LOGRARON!
Toda esta penuria provocó que todos se encariñaran con el perro, incluyendo los vecinos y la gente que pasaba por al frente de su casa; algunos solamente se sabían el nombre de Bethoven y no de las personas que vivían en la casa. Fueron pasando los años, la niña ya era una adolescente y tenía amigos, una hermana pero seguía teniendo a su pequeño milagro, el cual estaba mayor pero aún tenía esa energía que lo caracterizaba. Era un perro tan leal, tan inteligente que parecía una persona, Bethoven en realidad no tenía dueños, tenía familiares porque él era una parte muy importante de la familia. Estaba envejeciendo y aunque su familia trataba de ignorar el hecho de que ya estaba mayor, era un hecho muy visible; sus dientes se caían uno a uno, su energía no era la misma, sus ojos no servían igual que antes, es decir, estaba enfermo... Quizás muy enfermo pero él seguía alegrando el día de todos a su al rededor. Hasta que llegó el día que su cuerpo no pudo más y se fué. Tal vez su misión ya estaba hecha: crear un ambiente tan hermoso a su al rededor, pero dejó un gran espacio tanto en el corazón de sus familiares como en el jardín donde vivía... Y aunque pasen días, semanas, meses o posiblemente años cuando mires ese jardín sin su presencia te sentirás tan melancólico.
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Give me Feelings
Spiritual«el estado del sujeto caracterizado por la impresión afectiva que le causa determinada persona, animal, cosa, recuerdo o situación en general»