Nuevamente vio a aquella chica de cabello azul, la saludó y ella le devolvió el saludo con una sonrisa y un gesto con la mano, la más alta soltó una pequeña risa, se preguntaba el porque de aquella risa, hasta que se topó contra un árbol y cayo al piso con la frente y la punta de la nariz roja, escuchó risas de parte de los campistas, haciendo que se sonrojase por completo.
—Ouh Peri nerd, ¿El árbol era lo suficientemente lindo para ti como para besarlo?— carcajeo Amatista, sus orejas enrojecieron por la furia y la vergüenza, pero la interferencia de la fría voz de la de cabellos azules dejó pálida a la morena que se había reído de la pequeña rubia.
—Oh, lo siento, ¿Es que estas celosa de el árbol porque tiene más cariño del que tendrás en todo el campamento?— la morena de cabellos lilas se sonrojó por la furia y se alejó refunfuñando y maldiciendo a la de cabellos azules, quien dedicó una sonrisa a la rubia antes de desaparecer del lugar.
—Wow... es perfecta— el sonrojo en las mejillas de Peridot hacia competencia con el rojo de los carbones que quedaban en las fogatas nocturnas de aquel campamento.
La rubia sacudió su cabeza y corrió hacia el comedor, tenía hambre y lo que más quería era comer unos hot cakes con miel de maple y mantequilla, fue lo que pidió en la barra, cuando obtuvo lo que quería fue a sentarse en la única mesa vacía que quedaba en la esquina del comedor, ese era el lugar que siempre tomaba, y ahí era su punto de reunión con Lapislázuli, a quien esperaba ansiosa.
Pero la de cabellos azules nunca llegó.
Eso molestó un poco a Peridot, quien cortaba los panqueques con tanta elegancia como la que tenía un simio borracho, sus movimientos delataban su molestia, y era extraño ver a la chica con ese humor tan temprano por la mañana.
Cuando terminó de engullir por las malas el desayuno (el cual terminó húmedo gracias a que la miel de maple había sido absorbida por los hot cakes) fue a buscar a la de cabello azul, su plan era invitarla a dar un paseo por el lago, pero alguien se le adelantó, vio a la de cabello azul junto a un tipo con el cabello rubio cenizo, era musculoso y alto, la de cabellos azules reía con algo que había dicho, los celos subieron a la cabeza de la rubia, más cuando el tipo le dio una cajita a la chica, Peridot empezó a morder el dorso de su mano antes de que sus impulsos de ir ahí y llevarse a la de cabellos azules le ganaran.
—Peridot, ¿Qué hablamos de stalkear a Lapis?— una pequeña vocecilla hizo que el corazón de la rubia saltase de su pecho.
—¿¡Qué no sabes que es privacidad Steven!?— gruño exaltada la chica con el ceño fruncido.
—La gente siempre entra y sale de mi habitación cuando quiere, básicamente no conozco la privacidad— el pequeño niño balanceaba sus piernas en aquella rama en la que estaba sentado.
—¡Pues entonces entiende el concepto!— el pequeño ojimagenta empezó a reír sujetando su estómago.
—¿Y cual es el periplan de hoy?— preguntó Steven viendo a Peridot desde la rama.
—Planeaba stalkear a Lazuli— contestó apenada ganando una risa del rizado.
—Podemos hacer eso, pero con estilo, digo, ¿No crees que te vez sospechosa tras arbustos que están cerca de Lapislázuli?— el tono burlón del niño hizo que sus mejillas se tiñeran de carmesí.
—Tienes razón, entonces... ¿Iremos a hacer las actividades de hoy?— preguntó Peridot tratando de cambiar el tema, haciendo al niño negar divertido.
—Las haremos, sino papá se enojará, sólo que tu y yo haremos un trabajo distinto al de los demás— eso atrajo la atención de la rubia, si iban a hacer algo diferente entonces no podría ver a la de ojos azules, cosa que deprimiria fuertemente a Peridot —Y antes de que quieras negarte estaremos cerca de los campistas en todo momento, no podemos apartarnos mucho, por eso te propuse espiar a Lapis con estilo— el de cabello negro sonrió de lado, el día de hoy sería genial, y nada impediría eso.