01 septiembre del 2016 14:00 AM, Texas - Austin.

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—Estoy tan feliz de que te cases —me dice Jenn, sobando su pequeña pancita de embarazada—, definitivamente Skyler vino a desordenarte la vida. —Me río—. Ojalá me hubiera aguantado un poco más.

Me miro en el espejo esperando que mi trenza siga intacta.

 — A que te refieres. —Veo a través del espejo que sonríe.

—Carter es el hombre que siempre soñé, pero por apurada las cosas cambiaron un poco.

—Ya olvídate de eso. —Doy media vuelta para darle la cara—. Si él te ama, aceptará a esa cosita hermosa que viene en camino.

Me acomoda el vestido blanco que llega hasta el piso, mientras mis hermanas y mi madre entran a la habitación.

—Estas de lo más hermosa. —Ally me coloca una corona de flores.

—Ahora lo está más —suelta Tory.

Mi madre se acerca y me da un enorme abrazo. 

—Te deseo toda la felicidad del mundo.

—Gracias, mamá.

—Odio que te cases de blanco, odio ese color —me dice Jenn.

—Ay Jenn, con que me saldrás el día de tu boda —le confiesa mi madre.

Sonrío.

—Ya es demasiado tarde para cambiarlo —le digo sarcásticamente, me inclino hacia su vientre y susurro—. Ellie, de seguro tu si amas el blanco. ¡Oh, ha dado una patadita!

—Muy graciosa, ella tiene buenos gustos como su madre.

—Ya veremos.

—Carter ya llegó, así que te estaré esperando afuera Sra. Evans. Me da un beso en la mejilla y sale de la habitación.

Ellie le ha asentado muy bien, está más feliz y más odiosa que antes, Carter ha ayudado mucho en estos días a Jenn y siento que serán los próximos en casarse.

—Es hora —me dice mi mamá.

Mis hermanas me abrasan mientras mi madre sonríe.

Mi padre entra con su mano a la altura de su estómago, engancho mi mano en la suya, salimos de la casa y comenzamos a caminar hacia el altar donde se encuentra Skyler esperando por mí y mientras lo hacemos, la música "The Greatest Prize" (Wolff y Wolff, 2011, p.6) comienza a sonar de fondo, veo a Skyler y le sonrió, porque esa fue su idea, mi padre pega su cabeza con la mía y comienza a susurrar:

Eres hermosa. 

Eres inteligente.

 Eres fuerte.

Eres encantadora.

Eres la hija del creador del universo. Nunca dejes que nadie te trate menos que eso.

Beso la mejilla de mi padre, llego a la altura de Skyler y paso a estar ahora en sus manos.

—Cuídala siempre —le dice mi padre.

—Así será.

El cielo está hermoso, no es una iglesia, es simplemente un campo con sillas alrededor y una pequeña carpa que está sobre los tres. Me encantan las cosas sencillas. El pastor comienza con la ceremonia, ora por los anillos, nos dice que debemos de estar juntos hasta la muerte, que debemos de apoyarnos en todo momento. En escasez y en riquezas, en salud y en enfermedad, en peleas y en amor, y sobre todo que aprendamos a perdonar nuestros errores, porque siempre necesitaremos hacerlo.

—Sus votos —le dice el pastor a Skyler. 

Me ve a los ojos y suelta:

—Contigo aprendí a perseverar para conseguir lo que deseo, aprendí a amar sin condiciones, aprendí a sonreír en medio de la tormenta, aprendí a vivir sabiamente, a pensar antes de actuar, perdonar antes que juzgar, olvidar antes que odiar. Sé que este es solo el primer capítulo del libro de nuestras vidas, pero estoy más que seguro que van a ver frases inolvidables y momentos perfectos como en los libros, también soy consciente de que pelearemos, pero aun cuando lo hagamos, sé que te amaré y sé que iré hacia ti y te besaré hasta que nuestro enojo se haya ido y nuestro amor fluya otra vez. Te amo Audrey y no pienso dejarte ir.

Me besa, su beso es suave y delicado.

—Hey, aún faltan los votos de ella —dice el pastor.

Skyler le dice que se vaya con una mano sin despegar su boca de mí.

—No puedo, tengo que acabar.

—Sé que ella me ama —dice entre susurros y aún besándome.

—Los declaro esposo y esposa.

Skyler toma los anillos, me coloca uno y me entrega el otro, luego soy yo quien le coloca el anillo a él, me alza en sus manos y comienza a caminar, las personas lanzan flores, mi mamá está llorando de alegría, mi papá lleva una sonrisa enorme en el rostro igual que Tory y Ally, llegamos al final del pasillo, él abre la puerta del auto y me pone en el asiento del copiloto y luego él se sube.

—¿A dónde vamos? —le pregunto dudosa.

—A la casita de campo.

—¿Ah? Tenemos un vuelo a Ámsterdam esta noche.

—Lo sé, pero necesito hacer algo antes —me dice, entrelazando su mano con la mía, luego se lleva mi mano a su boca y le da un pequeño beso.

Conduce como dos horas hasta estar en la cabaña, apenas llegamos apaga el auto y me dice que espere ahí, abre el maletero y saca unas maletas, las lleva de inmediato dentro de la casa y luego viene por mí.

—Sube en mi espalda —me dice, poniéndose de forma inclinada para que me suba.

Lo hago sin refutar y entramos a la casa, luego me coloca en el asiento de la cocina, toma algo del refrigerador y lo mete al microondas, después de dos segundos saca los fideos, toma un tenedor, pincha un fideo y me lo da a probar. Me queda viendo con intriga esperando mi respuesta.

—Mmm... —me quejo—. Están...

—Malos, buenos, horribles, riquísimos. Vamos, Addy me estas matando.

Me río. 

—No sé amor, están como... —le digo haciendo una pausa.

—¿Cómo?

—Deliciosos.

Eleva sus manos en señal de victoria, me meto otros fideos a la boca, pero ahora que sé cómo sabe «la gloria», muero de ganas de probar más.

Me levanto y dejo que mi boca caiga en la suya, lo beso con tanta fuerza que ambos ya no estamos conteniendo nada, él me besa aún más fuerte, comienzo a desabotonar su camisa como si necesitara sentir su cuerpo con ansias con el mío, caminamos con las bocas pegadas, mientras nos chocamos con todo lo que hay en el paso para llegar a la habitación, explora mi cuello con sus labios, lo que me hace expulsar un gemido, luego su boca aterriza nuevamente en la mía. Sus manos bajan lentamente el cierre del vestido, me quito los zapatos, mientras mi boca está batallando con la suya, apenas llegamos a la habitación me coloca suavemente sobre la cama. Me ve a los ojos y me susurra.

—Tú sabes a gloria.

Vuelvo mi boca con ansias a la suya y dejamos que nuestro amor se consuma.

ImparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora