Estaba en aquella ciudad tan fría,estaba detrás del gran abeto que había sembrado mi padre antes de morir .El había muerto antes de que yo naciera.
Se decía por la ciudad que el viejo abeto era mágico y que solo podían ver su magia aquellos que fueran dignos de verla; la verdad yo no sabia que significaba eso. Hasta aquel día. Pues era un día soleado estaba pasando por el frente del abeto y escuche por detrás un campaneo de cascabeles navideños me pareció extraño; pues estábamos en primavera acabando el invierno sólo un loco seria capas de hacer sonar los cascabeles navideños;pero no había nadie por hay, recordé que la gente también decía que los que fueran dignos hiban a escuchar cacabeles navideños empezando la primavera me sorprendio ,pues yo antes no creia en aquellos mitos.
Me acerque un poco los cascabeles sonaron mas durome asuste un poco y de la nada una voz misteriosa me dice:
–Como te llamas niñita–me pregunto–le dije:
–Samantha–conteste–asi me llamo–le dije
–ven conmigo–me dijo.
–¡No!–grite–antes dime quien eres–le pregunte.
–Soy el viejo abeto,tu padre me dio vida el me aplico una sustancia que me deja interactuar con las buenas personas como tu SAMANTHA ven te tengo que mostrarte algo...
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