Capítulo 25- Epílogo

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Capítulo editado y revisado, pero puede que haya dejado escapar alguna que otra cosa, así que, de antemano, disculpen cualquier error.

Disclaimer: La saga Crepúsculo pertenece a Stephenie Meyer, yo solamente me divierto con sus personajes, ya que me enamoré de ellos. Esta historia o versión de la historia original es una idea mía y ahora la comparto con ustedes.

Podría morir

y esperarte una vida

no tengas miedo a sentir

te amaría por mil años más

amarte por mil años más

Yo siempre supe que te encontraría

no hay tiempo para decir

que te amaría por mil años más

amarte por mil años más...

(Fragmento de A Thousand Years (en español) by Kevin, Karla y La Banda)

Epílogo

POV Bella

Contemplaba la noche oscura desde la gran ventana de vidrio de mi habitación, una bruma cubría el hermoso lago que junto con el bosque formaba el paisaje enmarcado por mi ventana; en el cielo las estrellas cintilaban entre las nubes. El tiempo pasa hasta para quien es inmortal, hoy hacia cinco años, cinco años que yo nacía para una nueva vida. Muchas cosas sucedieron durante este período, yo ingresé en la universidad para estudiar literatura inglesa y Edward música, ambos estudiábamos por la noche, así dedicábamos nuestros días a nuestros hijos que crecían a cada día y aprendían cosas nuevas a una velocidad alarmante, por la noche siempre teníamos a varias niñeras disponibles, lo que nos dejaba tranquilos para asistir nuestras clases, en el año pasado nos graduamos e ahora nuestro tiempo era dedicado a nuestra familia.

Todavía en mi primer año como vampira conseguí tener total control sobre mi sed, así que en los festivos de fin de año, Edward, los niños y yo fuimos a visitar a Charlie. Mi padre, por supuesto, se dio cuenta de los cambios en mi apariencia, se lo justifiqué diciendo que Alice finalmente había logrado hacer una transformación en mi imagen, como ahora era la señora Cullen y madre de dos niños debía dar adiós a mi versión adolescente. Mi padre asintió, y según Edward se tragó todo el cuento.

— Pues, sea lo que te hizo Alice realzó tu belleza, estás muy hermosa, hija — me dijo Charlie en aquel entonces.

Con respecto al color de mis ojos, le había dicho meses antes por teléfono que sufrí de una terrible inflamación, muy rara, y eso terminó por cambiarme el color de mis iris, que después de tres meses alimentándome de sangre animal ya presentaban un color miel translúcido.

Con Edward y los niños seguimos viviendo en Juneal, Lizzy y Tony este año cumplieron los seis años, el año pasado, cuando cumplieron los cinco, ingresaron en la escuela, casi se me da algo verlos tan seguros de sí mismos en su primer día de clase.

— Te vamos a extrañar, mamá — me dijo mi hija a la entrada del aula, yo estaba en cuclillas delante de ella y su hermano —, a ti también, papá — completó mirando a Edward que estaba de pié a mis espaldas.

— Y nosotros a ustedes — le dije, sintiendo la sensación de tener el corazón en un puño.

— No te preocupes, mamá, yo cuidaré a Lizzy — me consoló Tony, mi pequeño sobreprotector, y mirando a su padre añadió — y papá te cuidará a ti.

Mi cielo estrelladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora