¡Hey Poppy! Fucked, fucked Poppy |H•S|

Capitulo 11.

Muchas personas se agrupaban en cantidad hacia la tarima mirando el grupo de Jazz que tocaba a todo pudor, la música resonaba en todas las esquinas, algunas parejas bailaban y otros brindaban con las grandes jarras de cervezas en sus manos. Vi el gran desfile que pasaba a un lado de la calle, tarimas gigantes decoradas de manera espectacular. Era Halloween, pero Nueva Orleans se las había arreglado como siempre para que el Jazz estuviera presente en todo momento como a la antigua. Estaba recostado en una esquina tomando una cerveza, vire la mirada y vi a la chica de múltiples pelucas mirando desconcertada a la nada. Fruncí el ceño sin importarme tanto su expresión. El jazz se hizo más lento y tan solo me quede allí mirando a las parejas bailar.

—Te estuve buscando toda la noche—escuche la voz de Ximena a mi lado. Sonreí y le entregue la cerveza de botella.

—He estado algo ocupado—dije todavía mirando a las parejas bailar al compas de la música.

—Bueno. Qué tal si me invitas a bailar—propuso, la mire en silencio—. No, nos hemos visto en toda la noche, al menos una pieza lo compensaría—sonrió dejando la cerveza en el piso tomándome de la mano. La seguí sin protestar y la tome de la cintura delicadamente, la chica sonrío ante la melodía que resonaba en todos los lugares, recostó su cabeza en mi hombro permitiéndome ver lo que había ante mí.

Allí parada en la lejanía todavía se hallaba Beezus Greer Lowell. Mirando en silencio ante su merced. La mire extrañado tratando de llamar su atención pero parecía estar hipnotizada. Negué cuando la canción termino y me disculpe con la chica caminando hacia la pequeña.

— ¿Estaría mal preguntar por qué estás tan sola parada mirando a la nada?—no respondió—. No soy la persona más educada, pero al menos respóndeme—seguía allí parada sin decir nada—. ¿Beezus?—le toque, estaba helada—. ¿Estás bien?—pregunte—. ¡Hey!—la moví, la chica dio un pequeño respingón y voltio a verme. Las lágrimas se asomaron en sus ojos y la expresión de la chica cambió convirtiéndose en llanto. Escondió el rostro en mi pecho, y lo único que podía hacer era mirar hacia los lados, ni siquiera pude envolver mis brazos a su alrededor.

Okey antes de parar de escribir y decir que me estoy cagando encima. Plasmare lo siguiente: Confusión, ¿llanto?, perplejidad, ¿Yo como consuelo de Beezus Greer Lowell? Llámenme demente o cómo sea que me quieran llamar, pero ese día, nunca olvidare la manera en la que se aferro a mí. Nunca olvidare cómo su maquillaje corrido mancho mi camisa blanca. Y como temblaba al igual que una pequeña niña asustada.

Aunque me había encontrado en pleno acto sexual y sentía pena, no podía dejar de pensar que pasaba por su inmensa mente. ¿Que causo que llorara de esa manera?, la vi fumar sentada en un banco alejada de toda la multitud, le entregue una cerveza. La miro entre sus manos sosteniendo el cigarrillo con sus labios. Y bebió de ella.

—Es irónico ¿cierto?—pregunto—. Quiero ir al Café Du Monde.

—Todavía no cierran, podemos ir—señale.

— ¿Cómo sabes que no es así?

—Mi ex cuñada trabaja allí, me dijo que cerrarían tarde por el festival.

—Bueno, está bien. Después de todo quiero unos Beignets y un café extra grande para aligerar la tención que siento.

Sin decir más que eso, nos encontrábamos en el café con lo que la chica había dicho que quería—: A veces pienso que el pasado fue malo para mí y el presente juega conmigo—sonrió tomando de su café—. Siempre fui mal criada por culpa de mi papá, una vez avente toda la ropa de mi madrastra por una alcantarilla. Ninguna de mis nanas se dio cuenta hasta que ellos llegaron de viaje y vieron que no había nada. Excepto joyas que no sabía donde se hallaban—la mire en silencio anonadado.