Slenderman se encontraba merodeando por el bosque, como de costumbre, cuando notó algo distinto. Entre la maleza había un cementerio por el que le gustaba pasear de vez en cuando, pero aquella noche había alguien más. Aquel desequilibrado joven permanecía sentado en el suelo frente a unas tumbas. Él realmente se veía...frágil. No parecía alguien que había matado cientos de personas. Y, de repente, comenzó a llorar.
Slender contemplaba la escena escondido tras la maleza de los árboles. Casi le parecía imposible que alguien como él tuviese sentimientos.Claro que tenía ese pensamiento hacia él porque ya se habían encontrado antes. Meses atrás se vieron por primera vez, y allí comenzó una encarnizada batalla la cual le costó un tentáculo (que después se regeneró como si nada hubiese pasado). No podía creer que, el que tan rápido se convirtió en una leyenda del terror actual, Jeff the Killer se encontrase sollozando tan patéticamente en el suelo.
—¿Tal vez debería...ayudarle?- Dijo Slender para si mismo.
Era un idea descabellada. Jeff era un potencial peligro para el resto de creepypastas con aquel carácter violento e impredecible suyo, a pesar de que el hecho de que aún tenga la capacidad de llorar muestre un mínimo de cordura en él. Y, antes de darse cuenta, él se había desplomado en el suelo. Estaba tan metido en sus pensamientos que no se percató de los profundos cortes que Jeff se había hecho en sus muñecas. Tan rápido como un suspiro, Slender se teletransportó hasta el cuerpoinmóvil del muchacho y, sin pensarlo, le llevó hasta su refugio.
Una vez allí, le curó las heridas lo mejor que pudo sin siquiera la certeza de que fuese a sobrevivir ya que no tenía el material adecuado para tratar un corte tan profundo. Tuvo que tener el máximo cuidado en no despertar ni encontrarse con nadie dado que no tenía ganas ni tiempo de dar explicaciones. Una vez que el chico tenía las muñecas desinfectadas y vendadas, Slender le dejó reposar en su cama, puesto que él no necesita dormir. El alto ser permaneció de pie frente a la cama por unos segundos, planteándose si lo que había hecho era una buena idea. Miraba a Jeff y cómo las vendas de sus muñecas se empapaban en sangre... Por supuesto, esta no era la primera vez que acogía a otro niño mentalmente enfermo y lo reclutaba como su aprendiz, pero con él sentía que era... ¿diferente? A pesar de no haberle oído decir una palabra desde la primera vez que se encontraron, y sabiendo esa forma tan hostil que tenía de comportarse, sentía compasión por alguien que sabía que le iba a causar problemas. Sentimientos como ese son el tipo de rasgos humanos que él odiaba de si mismo.
A la mañana siguiente, Slenderman acudió a ver cómo se encontraba Jeff, o si por algún casual ya había despertado, pero cuando abrió la puerta, no había nadie allí para recibirle. La cama estaba vacía, por lo que supuso que quizá escapó de alguna forma. Se disponía a irse haciendo como que nada hubiese pasado, cuando un objeto no identificado le derribó de espaldas al suelo, solo para sentir la fría e inconfundible hoja de un cuchillo en su garganta momentos después.
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"No me arrepiento de nada."
FanfictionEl destino junta a dos de los más peligrosos y temidos asesinos 'existentes' y, a pesar de que esta historia no comienza de una forma muy convencional, formarán una de las parejas más raras de internet. (y mi favorita >:3c) -CrazyShipperCat