Mi querida Novia. R-18

Mi Querida Novia.

Hoy era uno de esos días felices en la que le sonreía a todo el mundo.

¿Y por qué tanta felicidad? Porque se trataba del aniversario de dos años con el mejor hombre de todos.

Hoy cumplía dos años de mi noviazgo con él, el chico más tierno y atento de todos.

No podía pedir más que estar a su lado para siempre, no quería ser acelerada pero ya tenia visualizado como seria nuestra boda.

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La joven de cabellos rosados dio un suspiro ante sus pensamientos y lentamente exhalo el aire frío que contenían sus pulmones. Ella no pudo contener la media sonrisa que se cruzó en su rostro.

—¡Gaara-kun! —llamó con fuerza la chica, el nombrado se detiene y se gira hacia ella.

Él al saber de quien se trataba dio una media sonrisa y eso hizo que los pies de la muchacha se movieran directamente al joven. El pelirrojo recibió un fuerte abrazo por la joven pelirrosa.

—buenas tarde Sakura —dijo el chico de ojos verde-agua con una leve sonrisa en sus labios.

Sakura sonrió y le dio un corto beso que fue correspondido inmediatamente, cuando se separaron la menor pasó su brazo por el de él y entrelazo sus dedos.

—hoy cumplimos dos años —susurró el pelirrojo, la oji-jade asiente contenta.

La pareja siguió caminando hasta llegar a una casa grande pintada de color blanca y grandes ventanales, ambos entraron y dejaron sus zapatos a un costado. La pelirrosa entró por completo a la sala y se dio cuenta que todo estaba oscuro.

—¿no está Temari o Kankuro? —preguntó curiosa la joven.

El pelirrojo colgó en el perchero su saco y la bufanda, a la vez que respondía.

—dijeron que tenían una reunión —rápidamente él se quedó quieto en el lugar y un fuerte sonrojo cruzó sus mejillas.

La menor lo miró confusa ante su extraña reacción.

—¿pasó algo? —preguntó la muchacha con más curiosidad.

—no nada —se río nervioso —¿quieres tomar algo?

Ella lo miró con sospecha y lentamente asintió a su propuesta, a paso rápido el mayor se dirigió a la cocina dejando sola a la pelirrosa. Esta dejó de tratar de averiguar que pasaba, así que solo se sentó en el sillón negro y prendió la televisión. Pasando canal y canal, dándose cuenta que no había algo que le llamaba la atención.

La joven dio un suspiro y cerró sus ojos por unos segundos, cuando los abrió se dio cuenta que su novio se encontraba frente suyo con una bandeja donde tenía dos tazas de chocolate caliente.

Ambos se sentaron a un lado del otro y empezaron a tomar el líquido humeante, la joven giro su rostro hacia la ventana y vio como los copos de nieve no dejaban de caer.

—Gaara-kun —susurró la pelirrosa dejando su taza en la bandeja —¿en qué pensaste para que te sonrojaras? —preguntó curiosa la Haruno levantando una ceja.

El mayor trago duro y miró a otro lado, haciendo que nuevamente el sonrojo volviera aparecer en sus mejillas.

—n-nada importante...

—¿por qué no me quieres decir? Dale, Gaara-kun... Puedes confiar en mi...

El pelirrojo dio un suspiro y dejó la taza al lado de la otra.

—Temari y Kankuro me hablaron de algo... —murmuró el oji-verde mirando a otro lado.

—¿qué te dijeron?