¡MI VECINO! Gracias Dios, después de todo no tengo tan mala suerte.
Reúno todos mis dotes de actriz e intento parecer ofendida, me cruzo de brazos a la altura del pecho arqueando una ceja. Sus ojos se achican aún mas y sus hermosos cachetes están pintados de un vivo carmesí.
_No... no quise_ tartamudea, resopla haciendo una mueca graciosa y toma una buena bocanada de aire _Vuelvo enseguida_ anuncia, da media vuelta y lo veo desaparecer a paso veloz por un pasillo.
Giro para cruzar miradas con su madre y ambas estallamos en carcajadas.
Después de unos minutos de plática en la mesa con la señora Esperanza (Si, recordé el nombre) su "niño" hace aparición de nuevo, se ha cambiado de ropa pero su expresión sigue siendo seria, pensé que le había dado gusto verme de nuevo.
Si antes me pareció guapo, ahora no sé qué palabra usar para describirlo, se ve tan bien con esa polera pegada a su torso, su cuerpo se nota ligeramente trabajado, también me he dado cuenta que ama las gorras, ahora mismo está acomodándose otro diferente al que traía hace un rato, es tan perfecto.
_Perdona a mi niño Jimena, se me cayó de pequeño_ ahora si no puedo evitarlo y dejo escapar una risotada, tan bien que estaba actuando.
_¡Mamá!_ dice a regañadientes, hasta haciendo rabietas se ve lindo el condenado, me fulmina con la mirada y mata el encanto, estaba disfrutando esto, vuelvo mi rostro sin expresión aunque por dentro sea otra cosa.
_Jajaja_ se mofa de su propio hijo, esta señora es la onda _Jimena_ dice dirigiendo la vista hacia mí _Él es Pedro, mi hijo_ dice orgullosa, así que mi vecino se llama Pedro, que lindo hombre, digo, nombre.
_Ella es Jimena, es mi amiga y es nuestra vecina_ ambos hacemos un gesto de saludo con la cabeza y la señora Esperanza coloca los ojos en blanco.
Pedro también rueda los ojos y se acerca para saludarme de mano, ¡aaah! creo que voy a desmayarme. Siento mis mejillas ruborizarse, la señora Esperanza sonríe triunfante.
La comida pasa entre risas, con mi suegra presente no podía ser distinto, ¿Porqué Pedro no es así? Su mirada sigue opaca, indescifrable, no ha pronunciado ni una sola palabra mas, no me dirige la mirada y eso es como un gancho al hígado, ¿pero porqué? Me gustaría que no me afectara, pero no puedo evitarlo.
Anhelo quedarme un poquito mas, pero ya es hora de irme, hasta me tardé con mi café apropósito. Me despido intentando ver una última vez esos ojitos, pero su cabeza esta agachada con la mirada fija en su taza vacía de café.
_Pedro..._ su madre intenta llamar su atención, pero es inútil _PEDRO LUIS_ levanta la voz y lo hace exaltar. ¡Ay! mi suegra cada vez me cae mejor.
_Si, Esta bien_ contesta de inmediato, estoy segura que ni siquiera escuchó nada.
_¿Entonces aceptas?_ ¿Aceptar? ¿Aceptar qué? ¡pero si solo le dijo que se despidiera!
_Si, no hay problema_ dice él restándole importancia, sigue moviendo la cuchara en su taza, ¡aghhh! el sonido me va a volver loca.
_Entonces qué esperas, Jimena esta ansiosa_ me mira con sonrisa maliciosa, jajaja, esperen ¿Qué? ¿Yo ansiosa? ¿De qué me perdí?
Hasta se me borró la sonrisa, ¿Qué planea? Ahora si Pedro parece prestar atención, me mira directo a los ojos con sorpresa, siento tan bonito cuando hace eso.
_Pero, no..._ digo nerviosa intentando safarme o al menos entender el plan.
_Nada_ interrumpe ella, me toma de una mano y toma una mano de Pedro haciendo que también él se ponga de pie _Vayan, vayan_ ¿Ir? ¿Ir a dónde? , nos saca prácticamente a empujones de su casa.
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Amor Desconocido
Fiksi PenggemarCuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta de...