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Estaba en clase de matemáticas, el examen no era tan difícil, no era lo más fácil del mundo pero no era difícil.

-¿Este, es 10D?- Llegó un niño, como de 6 grado. Era obeso, pero no tanto ¿Se entiende?.

-Si, ¿Porque?- Pregunto el hombre de las matemáticas.

-Hay un alumno nuevo- Respondio el niño gordo.

¿Alumno nuevo?. Wow hibamos casi a mitad de periodo ¿Como que un alumno nuevo?.

-Ven- Hizo señas el gordo para que viniera el nuevo- El, es Nate Collins, Mi primo- El niñito gordito, lo dijo como si su primo le fuese a pegar lo guapo, era el ser más lindo que visto en toda mi vida. Su cabello, sus ojos, sus labios y sobre todo sus zapatos por Dios eran hermosamente perfectos.

- Mira en este momento, estoy en exámen quédate en el pasillo- Dijo, el calvo de mi profesor. Como hiba a dejar a un bombón como ese en el pasillo ¿Que tal si se derrite?.

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- El examen estaba fácil- Dijo Melissa, ella es una gran amiga, y pensar que antes la odiaba.

-¿Eh?, Si- Dije porque no estaba concentrada en nuestra conversación- Viste los zapatos del nuevo son divinos, los adoquiamo (Amar y adorar)- Enserio sus zapatos son divinos.

-¿Sus zapatos?- Dijo Melissa dudando un poco.

- No, también el pantalón que trae puesto esta chévere- Dije enserio todo su outfit está espectacular.

- Hasta el men, está chévere- Dijo Melissa.

Suspiré, no me había dado cuenta de eso.

Era cierto, Nate estaba rechurro, su cabello es lacio, tez blanca, ojos cafés. Por Dios sus labios eran lo mejor de su cara eran rojizos y eran tan provocativos. ¡Era lindo!.

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En la clase de matemáticas me había sentado en un asiento que no era el mío. En esta escuela a inicio de año tomabas un asiento te daban el número y era tuyo por el resto del año. Así que tenía que buscar mi asiento en la clase de metodología, esa señora está loca.

El nuevo estaba sentado en mí asiento, ME TOCABA HABLAR CON EL.

-¿Disculpa?- Dije tratando de sonar amable- ese, es mi asiento- Y pum saco una sonrisa y me perdí.

- Oh, lo siento. Tomalo- Dijo y era una insinuación de que cargara esa silla y ese pupitre. ¡Que caballeroso!.

Hale el pupitre y luego la silla, y fue cuando esa señora abrió la boca.

- Hace 10 minutos estoy aqui srta Gutiérrez, y usted todavía no está ubicada en su lugar- Dijo la señora gorda. Hice caso omiso a lo que dijo y seguí rodando mi silla.

-¡Ella lo hace para lucirse con el nuevo!- y, esa fue la gota que reboso el vaso, Jhon David (Deivi) Había abierto su estúpida, boca.

Jhon David,me había gustado a principio de año pero ya era pasado, para no alargar la historia es muy infantil.

¡Idiota!... Me EncantasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora