capítulo único.

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Min Yoongi caminó sin ganas. Arrastraba sus pies, las suelas de sus zapatos raspaban el frío asfalto y el sonido que producía aquella acción se mezclaba con el repiqueteo de las gotas de lluvia que caían.

Vaya día de mierda.

Simplemente no podía describir su pésimo humor; no tenía ni siquiera ánimos de caminar, apenas y lo hacía.

Ya incluso le daba lo mismo que el frío infernal calara todo su cuerpo y que el agua que precipitaba del cielo lo empapara completo, haciendo todo menos soportable.

Los mechones de cabello corto se adherían a su frente y bufó molestamente al notar que, aunque le faltaba poco para llegar a su destino, la lluvia no parecía ceder ni un poco.

Sólo podía recordar las advertencias de la pelinegra sobre ésta temporada, diciéndole que siempre debía llevar su sombrilla o por contrario terminaría atrapado entre las gotas. Pero aún recordando aquello, salió de su casa tan desesperado que ni siquiera pensó en lo que ella le decía y mucho menos le importó protegerse de la lluvia.

Quería verla, necesitaba verla por lo menos un momento o se volvería completamente loco; probablemente más de lo que ya estaba.

Pronto observó la estructura de gran altura y luces brillantes.

Sintió como un gran peso se retiraba de sus hombros y trató de apresurar sus pasos para poder entrar en ella.

Llegando a la entrada, comenzó a ver pensar lo empapada que estaban su ropa y en qué podía hacer para que éstas no mojaran el edificio, mas luego de unos segundos se rindió. No había remedio alguno; aquello no se iba a secar ni por arte de magia.

Angustiado, observó la cantidad de botones que se encontraban en el comunicador, sin interesarse realmente en alguno que no fuese el tercero, y levantó su dedo rápidamente para presionarlo.

Sólo rogaba que no estuviese dormida.

Esperó pacientemente a que la chica contestara mientras miraba la calle casi desierta que se encontraba a su alrededor.

Muy, pero muy pocas personas, que podían ser contadas con los dedos de una sola mano, caminaban rápidamente, cuidadosos de no mojarse con la lluvia.

Sólo un loco como él saldría sin sombrilla con éste diluvio.

De repente, el aparato hizo un sonido extraño, sobresaltándolo, y al instante se escucharon respiraciones agitadas. Parecía como si ella hubiese corrido desde el otro extremo del lugar para contestar.

—¿Sí?

—Hye...—su voz era casi inaudible—Perdona por-

—¿Yoongi?—Hyesun susurró, interrumpiéndolo.

Claramente ella iría a estar confundida.

El chico soltó un suspiro largo y pesado. Eran altas horas de la noche, apenas habían personas por la calle y, aunque sabía que ella a veces solía dormirse muy tarde, lo debido no era llegar sin siquiera avisarle.

Pero es que sólo podía recurrir a ella en momentos así.

—Disculp-

—Ya voy.

Rápidamente, aquel artefacto volvió a hacer un sonido extraño. 

Yoongi suspiró y metió las manos en sus bolsillos, tratando de buscar algo de calor que pudiese librarlo de la frigidez que sentía en su organismo, aún cuando evidentemente iba a fracasar.

Se regañó a sí mismo una y otra vez por no haber tomado aquel paraguas.

Sus dientes castañeteaban y sólo rogaba porque ella se diera prisa antes de que la fresca brisa terminara de congelarlo.

Sunshine↠m.yoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora