El teléfono sonó después de las ocho. _____ miró el número en la pantalla y al ver
que era de Justin sintió la tentación de no contestar.
—De verdad, no quiero hablar contigo.
— ¿No tienes nada que decirme? —preguntó él.
Ella contó hasta diez mentalmente
—No me tientes —dijo muy seña.
El solió una carcajada que acabó de irritarla.
— ¿Me llamas por algún motivo en especial? —preguntó con frialdad.
—Mañana va a venir Mónica.
Mónica era la madre viuda de Justin. Era una mujer muy agradable a la que _____
tenía mucho cariño
— ¡OH!
¿Le habría dicho Justin que ya no estaban vi viendo juntos?
—Pensé que podíamos llevarla a cenar y al teatro el sábado. El domingo se va a la
playa a pasar unos días.
— ¿Y si digo que no?
—La desilusionara un montón no verte.
Esa era la verdad y ella se sintió vencida.
—De acuerdo —accedió.
—Te volveré a llamar para darte los detalles.
Ya había pasado casi una semana desde que se marchó de su apartamento y él la
había llamado cada día, habían cenado juntos y le había mandado flores, rosas rojas.
Aquello era demasiado para una persona que necesitaba tiempo y espacio.
Ahora Mónica iba a ir a la ciudad.
¿La semana siguiente, quién o qué necesitaría dé su presencia con él?
Como separación, la suya se estaba convirtiendo en una farsa.
¿Y de quién era la culpa?
_____ llegó al aparcamiento de su oficina y se enfrentó a otro día de trabajo.
Cuando volvió a su casa se encontraba exhausta, y no solo por el trabajo. A causa del
embarazo, tenía el estómago revuelto constantemente y se encontraba cansada.
Lo único que le apetecía era darse una ducha, tomar algo y, después, enroscarse
en un sillón con un buen libro.
Acababa de acomodarse en el sillón cuando el teléfono sonó. _____ dejó escapar
un suspiro de alivio al comprobar que era Eloise.
— ¿Quieres que comamos mañana? ¿A la una en el sitio de siempre?
—Sí, me parece bien.
— ¿Qué tal estás?
_____ sonrió.
—No quieras saberlo.
— ¿Mal, eh? —Dijo Eloise—. ¿Te pregunto por Justin?
—No.
—Hasta mañana, _____. Que descanses.
Eso era algo con lo que no tenía ningún problema.
A la mañana siguiente, cuando se despertó, se encontraba como nueva. Lista para
un nuevo día. Aun que eso solo le duraba cinco minutos, después, el bebé empezaba a