No veía la hora de salir de este salón, tenía tanto fastidio de estar allí un minuto más, rodeada de gente vacía, tanto chicas como chicos.
Todos preocupados de el que dirán los demás.
Cosa que con el tiempo me daba igual todo, creo que no le veía sentido seguir estando en un colegio, a la final todos morimos ¿no?
Miré una vez más hacia tras, estaban las mismas estúpidas tomandose fotos y hablando de los supuestos novios que tenían, de que se podrían para la fiesta de mañana y entre tantas otras banalidades que me dan repulsión, es por ello que no cuento con ninguna de ellas para ser amigas.
La única e inigualable que podría llamar amiga es Jean que vivía al lado de mi casa y es un año mayor que yo y ya esta en la universidad en California y que desgraciadamente la única manera de contartacnos para hablar de todo es Skype, halabado sea Skype que por lo menos me deja observarle la cara Jean.
Al lado de las estupidas, pues los mismos estúpidos queriendo ser lo máximo de todo el instituto hablando que a cuantas se tirarón en la semana y tipo de cuanto les mide, más gente para mi lista de repulsiones.
El profesor explicaba una clase de matemáticas que obviamente no preste atencion desde el principio, pero cabe destacar que soy muy buena en matemáticas por lo cual cada vez que veíamos esta clase se me hacia muy fácil.
Todos en el salón querían ir conmigo en todos los trabajos y exámenes respecto a esta materia pero todos me dan tan igual que siempre voy sola en todo, nada mejor que mi compañera fiel la soledad, mire una vez más la pizarra y habían tantos números que para la mayoría era chino, pero para mi es normal, mire el reloj justo arriba de la pizarra y daba las 10:00 am, dentro de 5 minutos sonará el glorioso timbre amado por todos en el instituto.
Empiezo a guardar todo, libretas y lapices que sin duda alguna no sirvieron de nada, y agarro mi bolso, suena el timbre.
- Pueden salir chicos, nos vemos la semana entrante donde sera la prueba de el tema dado - dice el profesor que a la vez esta borrando la pizarra.
Soy la primera en salir, voy directo a mi casillero quien a aguantado tantos malos tratos por mi parte.
Es admirable que no esta dañado después de 5 años consecutivos de golpes al cerrarlo y un año que falta, saco todo, y decido poner un poco de orden en él, luego de que termino, me observo en el pequeño espejo que esta pegado en la puerta de este, no me veo nada mal con el maquillaje que decidí colocarme este mañana oculta perfectamente mis lindas y adoradas ojeras, arreglo el cabello rebelde que se ha escapado de la coleta que llevo puesta, lo cual he sido bendecida por ángeles y arcángeles con mi cabello negro muy negro y ondas que gracias al universo parecen de peluquería.
Tomo los libros de la siguiente clase cierro el casillero y me encamino al laboratorio.
Cuando entro veo que hay gente nueva en este laboratorio ¿será que me equivoque de laboratorio? ojala y no sea así porque que si no tendria que atraversar medio instituto para llegar al otro dije para mi misma, veo el letrero y dice laboratorio de física, respiro hondo y si es el que me corresponde.
Mire nuevamente a las personas nuevas al parece todas estaban en sus mundos, teléfonos, otros conversando normalmente entre ellos y había uno que estaba boca abajo como si estuviera durmiendo, ese sería yo si no fuera mujer pensé, busqué mi asiento y me senté, en las filas del medio, me quité la jersey que llevaba puesta y mire al profesor entrar.
- Buenos días muchachos, espero que hayan tenido un maravilloso fin de semana - dijo con un supuesto semblante alegre que se le acabaría cuando este dando la clase
- Uhg - sorprendido
- Veo muchas caras nuevas, aunque a decir verdad no veo una cara que es la de este joven - explicó mientras se iba acercando a su pupitre para despertarlo y posiblemente mandarlo al aula de retención - Buenos días - le dijo tocando su hombro.
- Oh por Dios, disculpe profesor no era mi intención estar dormido en su clase, es que he llegado muy temprano y coloqué una alarma lo cual por lo visto no sonó y para cuando usted entrará ya yo estaría despierto, lo siento por favor perdoneme - dijo tan rápido que la mayoría no le entendió, todos teníamos la atencion a esta situación del profesor y este chico.
- Oh oh oh calma muchacho, ¿como es tu nombre? - Preguntó el profesor
- Soy Adam -
- Adam ¿qué? -
- Adam Stuff - dijo apenado.
- Bueno Adam Stuff tienes menos de 5 minutos para ir a reportarte en el salón de retención- dijo el profesor muy seriamente, sabía que ese semblante de alegría se iría por la borda en cualquier momento.
El chico recogió sus cosas y salió del salón muy apenado.
- Y este es el tipo de personas que serán el futuro de este país que lástima para la juventud del mañana - dijo el profesor sintiendo pena ajena por el muchacho.
La clase continuó y me estaba aburriendo.
- Asi que a otra persona le pegó el mal de Stuff - escuche al fondo, oh por Dios me había quedado dormida, desperté con el profesor fulminandome con la mirada.
- Señorita Aley, quizás quiera hacerle compañía a Stuff en el aula de retención - dijo esto señalando la puerta y con muy mala cara.
Todavía no creo que esto me haya sucedido, admito que si he dormido en otras clases pero nunca me habían descubierto que pena.
Recogí mis cosas y me paré con mi celular en la mano viendo la hora 11:45 am pasaría hasta las 12:45 pm en retención de solo pensarlo ya estoy aburrida, tenia la mirada de todos en el salón hasta que salí, dirigiéndome al salón de retención.
Al llegar allí, toco tres veces.
- Adelante - dijo una voz
Y me encontré con una no muy grata sorpresa.
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El chico de mis cartas favoritas.
Подростковая литератураAley Stillings Una joven de 17 años cansada de ir al instituto, ha optado por tener una actitud de indiferencia en la vida debido a todo lo que ha sucedido en ella durante su adolescencia. Pero cuando se cruza con Sam Horwitz su perspectiva de la vi...