Prólogo

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"Decir un adiós es lo mas doloroso"

         Caminando por las heladas calles de la cuidad, se encontraba dos personas, una mujer con su niña en brazo

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         Caminando por las heladas calles de la cuidad, se encontraba dos personas, una mujer con su niña en brazo. Ella no pasaba de los 22 años, su cabello color negro y ojos azules como el mar, en sus brazo abraza a la pequeña con su vida, la otra persona era un hombre le llevaba dos año de edad, su cabello color castaño y sus ojos verde. En sus brazos del hombre cargaba aun pequeño. La criatura no tendría más de tres días de haber nacido. El joven hombre abrazaba a los tres protegiéndolos del frio pues se habían desatado una helada tormenta trayendo consigo nieve, ya que el nacimiento de los bebes, altero un poco el clima.

La joven madre, cansada y sin fuerzas, cae de rodillas al frio suelo. Ambos llevan prisa, no podían detenerse, los perseguían un grupo de mortifagos, que querían a sus bebes ya que ellos, gracias a sus antepasados, habían nacido con unas habilidad extraordinaria y además su padre de los bebes era un dios, claro que ellos no sabía nada del padre.

- Vamos ya falta poco - le anima el joven a su hermana.

- No puedo, me siento mal, no creo poder seguir - le respondió.

A la hora de nacer sus mellizas, ella estaba en estado crítico, casi pierde la vida juntos con sus bebes, pero por obra del destino, la madre y sus bebes lograron salvarse. Pero el cuerpo de la joven  aún estaba mal, pues no se había recuperado de todo, se encontraba muy débil.

Mientras trataba de levantarse, cubrió a la niña con las ropas que traían, ya que no tuvieron tiempo para conseguirle una manta adecuada, ambos jóvenes la cubrieron con sus chamaras. Ellos, para cubrirse del repentino invierno, solo traían un suéter ligero y una bufanda. No les importaban si sufrían por el frio, querían que sus bebes estuvieran a salvo y que tuvieron calor.

-Vamos, ya casi llegamos solo unas cuantas cuadra más. – le animo su hermano.

Temblando y débil, se levantó con la ayuda de su hermano. Los jóvenes hermanos apresuraron el paso, avanzaron unas cuantas cuadra más cuando ella volvió a caer y al levantar la vista vio una enorme casa, encima de un buzón estaba escrito "señora petrova".

- Es aquí, Edwin -. Dijo su hermana

- Si, Meredith ya llegamos -. Le respondió su hermano

Su hermano la ayudo a levantarse, y caminaron para llegar a la casa de su amiga, ya frente de la puerta tocaron unas pocas veces la puerta y una voz se escuchó.

-¿Cuál es la forma animaga de Edwin?- una voz masculina pregunto.

- Un Tigre – Le respondió Edwin.

Abrieron la puerta y se encontraron con un joven hombre de 24 años, el cabello castaño claro era rizado u ondulado, sus ojos de color azul oscuro casi perceptible.

La  Hija De  Zeus. [EN EDICIÓN]🙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora