Love Beat [JiKookV] {Corrigiendo}

Capítulo Veintiséis

Cerró la puerta del vehículo sin cuidado alguno, producto del cabreo que llevaba encima nada más haberse levantado de la cama:

- ¡Mierda, Yoongi! No nos ha dado ni un día –estaba furioso.

- Lo sé –podía escuchar como tecleaba algo al otro lado de la línea.

- Justo había conseguido el consentimiento para que ellos pudiesen ir a verlo todos los días al hospital.

- Tranquilo –entendía que estuviese tan molesto-. Dame un segundo.

- ¿Para qué? –cuestionó mientras caminaba hacia la comisaría.

- Vale, ya está. Te mandaré la dirección del centro en el que lo ingresó para que vayáis los tres.

- ¿Cómo vamos a ir los tres?

- Tengo la autorización, no olvides que el caso está en mi poder, soy el encargado.

- ¿Entonces qué hago?

- Solo tienes que ir y presentar la copia que te enviaré. Ya he dado el aviso de que irán, así que no debería de haber ningún problema.

- De acuerdo.

- Aunque...

- ¿Aunque...?

- Tengo la hora del ingreso.

- ¿No fue hoy?

- No, fue anoche.

- ¿Taehyung pasó la noche allí?

- Sí, y quiero que te des prisa, no sabemos si eso pudo haberlo afectado en algo.

- Está bien, los recogeré e iré de inmediato –apresuró el paso hacia el interior.

- Nos vemos allí –se despidió y colgó.

Resopló abatido y puso de nuevo su cara de total simpatía:

- Buenos días –sonrió ladeando un poco la cabeza-. ¿Hace falta que le enseñe el mismo papel de ayer?

- No –lo miró de reojo-. Ya me han comunicado lo de su permiso.

- Me alegra –asintió para seguir al guardia hasta la celda de detención.

Cuando llegó, los vio tumbados en el suelo, porque era lo único que había, abrazados en una esquina. Lucían hasta indefensos, pero luego recordaba las atrocidades que habían hecho y les habían hecho, y el pensamiento se disipaba enseguida. No obstante, eso no quitaba que pudiese apreciar las almas tan puras con las que habían nacido:

- Chicos –los llamó con delicadeza.

Los dos abrieron los ojos, dándole a entender que no estaban dormidos, más bien, las ojeras debajo de sus ojos le daban a entender lo contrario:

- ¿Pasó algo?

- ¿Has conseguido eso?

- Taehyung... El hermano se lo ha llevado.

- ¡¿Cómo?!

- No nos ha dado margen. Lo de ayer fue más que una advertencia. Ya lo tenía todo hecho.

- ¡Él no puede estar ahí!

- ¡Tenemos que sacarlo!

- No os alteréis –se sorprendió.