¿Bienvenida? |Capítulo 1|

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Le doy un último abrazo a Paula y le prometo que hablaremos seguido por Skype.

- Avísame cuando llegues- dice mi madre poniéndome el pelo detrás de la oreja- Te quiero.

Asentí y me dirigí hacia la señora que miraba el billete.

Me adentro en el avión y me siento en mi sitio, me pongo los auriculares y miro por la ventana.

Me da la sensación de que este viaje se me va a hacer eterno, aunque tengo ganas de ver a mi hermano, sonrío al recordar todos los momentos vividos con él.

Me acurruco intentando ponerme lo más cómoda que puedo y en cuestión de minutos, supongo, me quedo dormida.

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"Señores pasajeros, pónganse sus cinturones, en cuestión de minutos vamos a aterrizar."

Me despierto al oír el altavoz y me abrocho el cinturón. Nunca había ido en avión y bueno, aunque he estado muy poco despierta, me ha gustado bastante mirar por la ventana y ver todas esas nubes por debajo de mi.

El avión desciende y siento la misma sensación en el estómago que como si estuviera en una caída libre.

Me bajo con las piernas temblando, aunque realmente no sé por qué y me dirijo hacia dentro para recoger mis maletas, porque sí, al final he necesitado dos maletas y un bolso enorme de mano.

Cuando salgo al "vestíbulo" ojeo rápidamente a ver si encuentro a mi hermano. Me siento en un banco que hay y miro el móvil. El último mensaje que Caleb me había enviado decía "Pequeña, ya estoy llegando" y lo había enviado hace 15 minutos. O su casa quedaba lejos del aeropuerto o llega tarde como de costumbre.

Mientras espero, veo como las familias y amigos se reúnen, se dan abrazos, lloran y sonríen. Echo mucho de menos a Caleb, no lo veo desde hace un año y aunque sea muy sobreprotector lo quiero muchísimo.

Me vibra el móvil dando paso a "Greedy" de Ariana Grande, mi ídola.

- ¿Si?- contesto después de dejar sonar un poco la canción.

- Ginger, tengo una mala noticia- dice mi hermano acompañado de una risa nerviosa.

- ¿Que pasa Caleb?

- No puedo pasar a buscarte, el coche no tiene nada de gasolina. Te he enviado un taxi, a si que se supone que habrá un señor con un cartel y tu nombre.

- Oh, genial- ruedo los ojos- Se suponía que ya estabas llegando.

Él ríe nervioso y yo suspiro.

- No olvides que te quiero un montón hermanita.

- ¡Más te vale!- río y cuelgo.

Me levanto y cojo mis maletas. Salgo fuera y miro a todos los taxistas que tienen un cartel. Me paseo a lo largo hasta que encuentro el mío. Maldito Caleb. El cartel dice "Señorita manzanita". Sí, manzanita, mi hermano me llama así desde que somos pequeños y lo odio. Por su culpa todo el mundo en mi instituto empezó a llamarme así.

Me acerco al hombre del taxi y sonrío. Él coge mis maletas mientras yo me siento en el asiento de copiloto.

Cuando el taxista entra en el coche me dice que nos espera un viaje de media hora, que me relaje y que si quiero puedo elegir la emisora de radio. El problema es que no se cuales hay, así que le digo que me da igual.

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Y sí, justo media hora es lo que tarda el taxi en llegar a una casa enorme con jardín rodeada de otras cuantas más.

Shut up Barbie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora