4. La cena

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Scott Roberts. El niño que solía ser un jodido grano en el culo en la vida de Logan. Estaba igual de sorprendido que yo.

—¿Se conocen?—pregunto mamá.

Asentí con la cabeza. Hace demasiado tiempo que no sabía nada de él hasta donde sabía su padre lo había mandado a vivir con su madre. Digamos que él fue una especie de crush en mi niñez. Sé lo de la promesa y eso, pero era solo una ilusión de niña. Recuerdos de todas las veces que lo golpié por molestar a Logan llegan a mi mente y no puedo evitar sonreir. Algo raro lo sé, me gustaba y lo golpeaba. Al parecer la pubertad lo había favorecido grandemente ya que esta demasiado bueno. Llevaba un traje negro y eso lo hacía aún más.. ¿como decirlo? ¿atractivo? ¿violable? Son adjetivos calificativos definitivamente.

Al momento en que mamá paso por el lado de Scott para ingresar a la casa dejo un beso en su mejilla en modo de saludo. Con mi madre fuera de vista Scott habló.

—Espero que vengas en paz y no a volver a patearme las bolas—dijo sonriendo arrogantemente.

—Muy gracioso.

Pasé por su lado e ingresé a la casa observando la decoración navideña. Definitivamente aqui se respiraba ambiente navideño. Mi ojos se posaron en la chimenea que se encontraba en el salón principal y sentí que era un sueño. Siempre habia deseado que haya una en mi casa por la loca idea de por donde entraria Santa Claus a dejarme los regalos, pero no se pudó. Sueño frustrado.

Al llegar al lado de mi madre. La encontre abrazada al misterioso caballero asi me aclaré la garganta para que noten mi presencia. Ambos se separaron como si sus cuerpos quemaran y entonces vi al hombre. Cabe destacar que era apuesto, al igual que su hijo asi que no juzgaba a mi madre el que haya caído en el hechizo de un Roberts.

—Ho-hola Jennifer, soy John Roberts—dijo nervioso—. Es un placer conocerte, tu madre me ha hablado mucho de ti.—habló estrechando su mano.

John se encontraba nervioso y no solo él tambien mi madre que se encontraba a su lado. La escena era cómica. Me sentía como el padre de una muchacha apuntó de dar la aprobación de la relación de su hija. Obviamente no fuí la única que le causa gracia la escena ya que escuché la risita de Scott a mis espaldas.

—El gusto es mio John—dije dandolé un apretón de manos.

—Guau, cuanta tensión ¿que les parece si cenamos?—habló Scott.

Todos estuvimos deacuerdo así que nos dirigimos al comedor, el esquisito olor a pavo recién salido del horno inundó la habitación y mis fosas nasales agradecieron eso. Había una muchacha y una señora que se encontraban trayendo las cosas al comedor de una habitación que supuse era la cocina, habían velas al lado de las copas junto a los cubiertos con las servilletas dandole un toque fino y elegante. También habían cuatro sillas ubicadas alrededor de la mesa, dos en cada lado. Observe como el servicio terminó de ordenar la mesa y se retiro a la cocina. El señor Roberts movio la silla caballerosamente a mamá para que pueda sentarse mientras ella le sonreía tiernamente y le agradecia el gesto. Cuando estuve apunto de sentarme sentí que alguien tambien movia mi silla, al voltear observe a Scott sonriendome y procedí a sentarme.

En el comedor solo se escuchaban los sonidos de los cubiertos chocando con los platos hasta que el señor Roberts empezó a hablar.

—Jennifer ¿estas en tu penúltimo año, cierto?—preguntó cuidadosamente.

—Sí

—Eso es genial. Scott también esta en su penúltimo año y ahora que a regresado creo que se graduaran juntos—dijo sonriendome emocionado.

Prometo No EnamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora