Metro. Voy camino a la Universidad y no se imaginan lo que me duele el cuerpo, gracias a mi querida hermana Leah. Ella y sus famosos ejercicios para bajar de peso, ya que dice quiere estar regia para mi cumpleaños. Sí, mi famoso y brillante cumpleaños 18, nótese el sarcasmo. A mí parecer no es la gran cosa, porque ¿cuál es la idea de ser mayor de edad?, desde mi perspectiva gracias a ese número tendré que ser más independiente, responsable de mis actos y ¡hasta puedo ir a prisión! Ya, si sé que estoy exagerando un poquito las cosas pero para mí de verdad ¡es lo peor! Significa que por cada día que pasa me pongo más vieja y definitivamente le tengo terror a eso.
En fin, volviendo al tema, éste dolor no deja concentrarme. Ya no quiero ni volver a moverme, y como si pudiera. Me dejó mal, mal, mal. Ahora que recuerdo, tengo que pensar cualquier cosa durante una hora y media, eso es… Mucho tiempo. En total, son tres horas diarias donde desperdicio mi tiempo pensando puras tonteras gracias a mi loca cabecita.
Estoy escuchando una canción de Tronic e inmediatamente recuerdo mi pasado. No me gusta pero es inevitable no volver a recordar por todo lo que he vivido estos últimos dos años. Y me he dado cuenta que en el fondo soy fuerte, todas las cosas que pasé sin dejarme estar, sin dejar de luchar y seguir adelante. Por eso, el otro día cuando el idiota de Aaron me dijo que era débil, pensé “si tú supieras por todo lo que me hicieron pasar no dirías lo que acabas de decir. Y no, absolutamente no lo soy”. Me dieron unas ganas de atravesar la pantalla del notebook y pegarle su charchazo hasta dejarlo tirado en el suelo inconsciente –me puse agresiva, lo sé. Cómo es posible que él, un hijito de mami que cree se las sabe todas me venga a decir semejantes palabras. Pero lo que he aprendido, aunque me cueste mucho, es a no explotar de inmediato así que le respondí normal, calmada y conseguí lo que quería, dejarlo sin palabras ya que no me dijo nada.
Cristóbal Colón – escuché a través de los parlantes en el metro. Sólo faltaba una estación para poder hacer combinación de línea y luego bajarme en tres estaciones más, en Escuela Militar. A eso sumémosle unos lindos 20 minutos de viaje en bus para recién llegar a la Universidad. Es un suplicio, por eso les digo, tengo demasiado tiempo para pensar estupideces. Como mi primer día de clases, era un pollito perdido, no sabía si iba por el camino correcto o no. Si me hubiera visto en ese momento como lo recuerdo ahora me reiría en mi propia cara.
Como sea, estoy observando a mí alrededor y es triste. Todos van en lo suyo, importándoles nada las personas a sus lados, demasiados individualistas. En eso llego a Alcántara, el metro está a punto de cerrar las puertas de los vagones y veo en cámara lenta como una señora y su bebé en brazos, en medio de las puertas, hace todo lo posible por alcanzar a entrar. Estoy segura que no lo logrará, las puertas la aplastará ¡y el bebé! Cierro los ojos, no quería ver semejante accidente. Pero cuando esperaba escuchar el grito de la señora, no escuché nada, sólo un –Gracias, gracias joven. Abro los ojos y veo a un chico guapo muy alto al lado de ella con una mano en su hombro, sonriéndole. No entendía nada, era obvio que la mujer no iba a lograrlo, ¿cómo él logró hacer lo imposible? se necesitaba mucha velocidad para ello.
Me quedé con la intriga por cerrar los ojos, pero ya no podía hacer nada así que me encogí de hombros y me puse de nuevo el volumen a la música para intentar olvidar la situación ya que el metro llegaba a la estación donde tenía que bajar. Aún así no lo logré, pensaba y pensaba en lo que había sucedido minutos antes, no me cabía en la cabeza el rescate del chico, no había posibilidad humana para que la señora se salvara del aplastamiento.
El metro se detiene y salgo del metro, dirigiéndome al paradero del bus. Estaba esperando que llegara y en eso veo al chico salvador, chocamos miradas e inmediatamente voltee la mía, hice el intento de parecer indiferente. Me daba curiosidad de si quizás iba a la misma Universidad que yo.Llega el bus, estaba subiendo para ser exactos, cuando calculé mal la distancia entre la vereda y la entrada del bus, me estaba cayendo de bruces ya que no había alcanzado a afirmarme del pasamanos cuando unos fuertes brazos me afirman y me levantan. Me doy vuelta hacia la persona para agradecerle, riéndome de mi gran torpeza, pero me llevo la sorpresa de ver el rostro del chico guapo.
¿Acaso tienes complejo de súper héroe? – le digo con mis cejas alzadas aún con mi sonrisa en la cara. Me frunce el ceño extrañado, entendiendo nada y vuelvo a reírme. –Gracias por salvarme y evitarme tener un lindo rasguño en la cara.- sonrío agradecida y me doy vuelta siguiendo mi camino al interior del bus. Pero antes de completar mi huída, no me pierdo su deslumbrante sonrisa.
Espero les haya gustado, es primera vez que publico algo ^^
Si quieren, dejen sus comentarios y me dicen que les pareció. Bss!
[ F ]
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COMPLEJO [[ Oneshot ]]
Teen FictionLamentándose de su vida y a la vez pensando estupideces, Amy se dirigía como cualquier día de semana hacia la universidad, pero nunca esperó encontrarse con ese chico. Ese el cual tenía una deslumbrante sonrisa y complejo de súper héroe. 》Oneshot (p...