Capítulo 1: Tiempo entre hermanos

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Era una mañana como cualquier otro. Gru abre la puerta principal para recoger el periódico del día pero como siempre su mascota es quien agarra y empieza a romperla.

—¡No, Kyle! —dijo enojado al quitar el periódico de la boca del animal con un resultado de mal gusto—. ¿Qué te he dicho de esto?—Cierra la puerta y se sienta en el sofá a leer con más calma.

Pero no se daba cuenta de que alguien le tenía los ojos muy ubicados en su posición actual. Aquella persona de puntillas se acercaba a Gru sin emitir un sonido para que este se pusiera alerta. Estando a una corta distancia, acerca sus manos de modo que quería abrazarlo y rápido hizo tal acción para que Gru se sorprendiera y diese un pequeño salto.

—¡Dru! —menciono al sujeto viéndolo.

—¡Gru! —dijo este todo sonriente y cariñoso—. ¿Cómo amanecisteis hoy hermano? —pregunto liberando al calvo de su agarre y sentarse a su lado muy cerca.

—Bien, ya no se cuántas veces debo darte la misma respuesta —responde poniendo su vista en el periódico.

—¿En serio? —se muerde su labio estando aún con la sonrisa—, no es malo preguntar de vez en cuando el estado de como este la persona.

—Como digas —dijo gruñón cambiando de hoja.

—¿Y dónde esta Lucy? —pregunta poniendo su dedo en la pierna de su hermano y empezando a acariciarlo un poco.

—Esta en el trabajo. Tenía una misión hoy —responde un poco incómodo pero sin mostrar en su rostro tal expresión. Estando serio como de costumbre.

—Es raro verte aquí sin ella y más que no la acompañes cuando es una misión.

—Pues si —Cambia de hoja —, la nueva jefa es un tanto estricta (bueno, demasiado) y no quería que yo participara porque cree que seré un estorbo o algo así.

—Que señora tan cruel —se queja—. Sabes, me gustaría que vieras mi invento —dice quitando el periódico que estaba leyendo el calvo y verlo a los ojos.

—¿En serio?, no me interesa —se cruza de brazos alzando una ceja.

—Por favor, te prometo que esta vez te sorprenderá —suplica poniendo una cara triste, como un perro siendo regañado.

—Esta bien —bufa un poco enojado.

Dru feliz le agarra de la mano a su hermano entrelazando sus dedos. Lo lleva al laboratorio en donde todos los minions estaban trabajando en una máquina enorme. Gru al ver tal artefacto se queda sorprendido y curioso de saber que era.

—¿Y qué es? —pregunta anonadado y soltando al rubio, lo cual, no pudo porque este no le dejaba—. Sueltame —dice cambiando su rostro a uno serio.

—No, quiero estar así un rato más —le negó haciendo que Gru no se sintiera cómodo—. Esto mi hermano, es un rayo capaz de derretir cualquier cosa sin importar sus componentes.

—Sorprendente —asentía con lo que escuchaba—, ¿con qué lo probarás?

—Con él —señala aquella roca enorme con un sujeto atrapado ahí.

—¡¿Estas loco?! —lo suelta de una sola jalada, sintiéndose libre al menos—. ¡Es el doctor Nefario quien está ahí! —dijo alterado.

—Lo sé. Desde que llegue aquí a vivir contigo y con tu familia me fije en él y le pregunte a Mel y a los demás minions de quien era, y me contaron toda la historia. Así que se me ocurrió esta gran idea para poder liberar a tu amigo, el doctor, de aquella prisión.

—¿Y crees que funcione? —pregunta un poco nervioso. No desea que algo suceda, de que si el rayo es incapaz o no tiene los requerimientos para poder liberar a su amigo, posibilidad que el mecanismo se sobrecargué y pueda explotar, entre otras y mucho más exageradas.

—Mi rayo es capaz de descongelar la carbonita. Funcionara —dice contento—, espero...—Se voltea para que Gru no le viese su inseguridad.

El calvo empezaba a preocuparse, lo último que dijo su hermano gemelo ya lo dejo inquieto. Lo ve agarrar un control que de seguro es del láser, su mirada mostraba un poco de su nerviosismo pero siempre daba una sonrisa como de seguridad. Gru trata de acercarse para detenerlo y evitar alguna catástrofe pero fue interrumpo cuando sintió que alguien lo agarra de la mano.

—¡Bello! —saluda.

—¡Mel! —dice el nombre del minion y le acaricia su cabeza con delicadeza—. Te ves bien.

—¡Tank yu! —agradece todo contento el pequeño amarillento.

—Bien Gru, ya esta listo —habla Dru agarrando el cuello de su hermano con un brazo—. Vamos a ver lo que hace esta belleza —culmina presionando el botón.

Ámame hermano (Gru x Dru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora