La oración

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Hoy empiezo un viaje que hace mucho tiempo quería empezar para poder compartir con ustedes mis escasos conocimientos y de los datos que logré recolectar en el gran océano de información que es el internet sobre diferentes temas siempre desde una base católica.

Para comenzar quisiera compartirles unas reflexiones sobre el Padre Nuestro la oración que nos enseñó Jesucristo y es seguramente una de las primeras oraciones que aprendimos de memoria. Es una invitación a orar con sencillez desde lo más profundo del corazón. Estamos tan acostumbrados a rezar el Padre Nuestro de corrido que muchas veces no sentimos en nuestro corazón lo que nuestro labios expresan. He aquí un sencilla pero profunda reflexión: 

No digas PADRE si cada día no te portas como un hijo "Padre" significa amor, preocupación por los hijos, entrega generosa a ellos.

No digas NUESTRO si vives aislado en tu egoísmo. "nuestro" significa posesión Dios nos pertenece, se ha hecho a nosotros, es nuestro creador. Pero también implica una confianza en ÉL. 

No digas QUE ESTAS EN LOS CIELOS si solo piensas en las cosas terrenas. Cielo no significa un lugar, no significa espacio y tiempo. Tampoco significa que Dios se aparta de nosotros y se mantiene alejado. El Cielo significa el más allá donde nos espera la posesión absoluta de Dios. 

No digas SANTIFICADO SEA TU NOMBRE si no lo honras. El término "santificar" debe entenderse aquí en sentido causativo (sólo Dios santifica, hace santo), sino sobre todo en u  sentido estimativo; reconocer como santo, tratar de una manera santa.

No digas VENGA A NOSOTROS TU REINO si lo confundes con el éxito material. Deseamos que venga ese reino de paz y justicia. Sólo en ese reino encuentra el hombre su felicidad, la realización del ideal para el que fue creado por Dios.

No digas " HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO" si no la aceptas cuando es dolorosa. La voluntad de Dios sobre el hombre, sobre cada hombre, es que se salve y goce eternamente de Él.

No digas "DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA"  si teniendo tú, no te preocupas por la gente con hambre. Dios hizo el mundo con los suficientes recursos para alimentar a todos y creó al hombre con la suficiente inteligencia y capacidad para generar más pan.

No digas "PERDONA NUESTRAS OFENSAS" si guardas rencor a tu hermano.

No digas  "NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN" si tienes intención de seguir pecando. La constatación de nuestra debilidad nos lleva a acudir  Dios.

Espero que estas reflexiones nos ayuden al momento de rezar el Padre Nuestro de corazón y poder llevar esta oración a la cotidianidad de nuestras vidas. 

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