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ATENCIÓN(?:

** = Signo para cuando las traducciones estan al final de la página.

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Nei, Anna, vi er ikke dating. Vi er bare ... venner?** —su tono de voz sonó como una pregunta—. Jeg ikke engang vet om vi er venner. Poenget er at ... du tante, og Alicia er en veldig fin jente, jeg vet at elsker det.**

La joven llevaba un buen rato hablando por teléfono en la terraza. Jackson la miraba confundido, luego seguía jugando con la pequeña en el césped del patio junto al perro. No comprendía lo que la joven decía, y tampoco es que oírla hablar en aquel idioma le agradara. Es más, sus ánimos bajaban ya que recordaba que, apenas ella diera los exámenes, la beca se iría y ella tendría que regresar a su país.
Pero no sólo ella, si no que la pequeña Alicia Frost Arendelle la acompañaría. Entonces ahí quedaría Jack: solo. Tal como en un principio lo estaba.

Når du er ferdig året må gå tilbake, Alicia gå med meg —hablaba, sonriendo al escuchar a su alegre hermana—. Vel. Farvel, jeg elsker deg.**

Colgó tras un suspiro. Sus ojos dieron con las dos personas que vivían junto a ella con el animal, que ya había crecido un poco. Frunció su ceño. Estaba feliz porque regresaría a su hogar en Noruega y viviría una vida tranquila junto a su pequeña, pero ¿y Frost?. Compartir la paternidad no era fácil, aunque se podrían arreglar y verse en vacaciones y por Skipe. Ella no tendría problema.

Regresó a la cocina y preparó limonada para que se refrescaran, luego volvió con una pequeña sonrisa para entregarle a cada uno un vaso. El tercero siendo para ella. Bailey se sentó junto a la pequeña quien de inmediato posó su mano sobre el pelaje animal para acariciarlo.

—¿Pasa algo? —preguntó ella al notarlo tan serio.

—Nada.

—No mientas, Frost.

—No. Pasa. Nada —pronunció cada palabra entre dientes, un poco molesto—. ¿Oíste?

Alicia los miraba confundida, ¿estaban peleando?. Un puchero se le salió cuando notó como el muchacho se adentraba a la casa, ¿significaba que ya no jugarían?. Elsa resopló antes de seguirlo, dejando a la niña junto al perro en el jardín. Bailey recostó su cabeza en las pequeñas piernas de la castaña, era su intento de consuelo aunque no resultó como esperaba. Alicia temía que discutieran sus padres, tenía el trauma a causa del abandono y no deseaba que volviera a suceder. El animal levantó su cabeza para lamerle la mejilla causándole una risilla junto con una mueca de asco.

—¡Diuh! —pasó su mano por la mejilla, retirando la lágrima que sin darse cuenta soltó— ¡Esho no!

Pero el animal quería seguir animándola. Era su amiga y no dejaría que estuviera triste, así que acercó su oscura nariz nuevamente a la mejilla de la niña quien volvió a reír a causa de las cosquillas que le provocaba. Bailey movió su cola cada vez más contento con lograr su objetivo. Y sí, era un perro, pero un perro que amaba a su nueva familia.

—¡No dejaré que te la lleves! —soltó de una vez, golpeando la pared de su habitación—. ¡Entiende que es mi hija también!

—¡Y tu entiende que yo no me puedo quedar aquí! —exclamó en un intento de defender su posición—, ¡debo seguir estudiando, Jack, y será en Noruega!

Apenas ambos ingresaron a la habitación, la platinada cerró con seguro antes de que la discusión estallara. Se había asustado mucho cuando vio los ojos del muchacho repletos de ira, de la rabia por pensar en sólo perder a la pequeña. Aunque claro, Elsa no se percataba que él tenía miedo de perderlas a ambas, a su familia. La razón por la que está luchando por cambiar para bien y así darles un buen futuro.

La Niña ||Jelsa||[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora