Capítulo 10

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—¿Cómo se te ocurre decirle a Zed que saldré con él?— le pregunto indignada a mi amiga y enemiga rubia. Gaby se encoge de hombros, y me miran con picardía.

—Solo he hecho un acto bondadoso ¿no has visto su rostro mientras te invitaba?

No puedo negar eso. El rostro de Zed se tornaba al principio molesto, y mientras me pregunto si quería salir con él, podía ver claramente la preocupación reflejada en é. Claro, cuando Gaby respondió por mí su rostro se ilumino y se marchó rebosando de alegría y haciéndome saber que pasará esta noche por mi casa para llevarme a cenar.

—Pero lo más lógico es que quien responda sea a quien le hace la invitación ¿no?— le recuerdo con tono frío. Últimamente me he acostumbrado hablar de esa manera. Tal vez me lo he contagiado de Logan. Pero ahora no me apetece en nada tratar de fingir un tono alegre.

—Solo les he hecho un favor a los dos. Tú necesitas dejar de sumirte en tu agonía sola en casa llorando por horas. Además, es viernes Noah, necesitas salir— grazna

Tal vez haya omitido el detalle que tiene que ver con Jake y su compañía diaria. No es porque no confíe en Gaby, es todo lo contrario. Pero seguramente no podrá callarse la compañía de Jake y terminará soltándole la sopa a Matt, quien no dudará en contarle a Logan.

Amo a Gabriela por ser como es, pero a veces es un poco, mucho imprudente cuando de callar se trata. Como ahora.

—Vamos— canturrea tomándome del brazo, y arrastrándome fuera de St. Marie.

—¿Adónde me llevas?— indago

—Necesitas un cambio de look— afirma sonriendo con ganas y tomando uno de mis rizos

—No pienso pintarme el cabello Gabriela— silbo asustada. La rubia se carcajea mientras niega con la cabeza. Y por la forma en la que ríe sé que he atinado en lo que pensaba, o siquiera me he acercado.

En cuanto nos encaminamos hasta mi coche, prácticamente me arranca las llaves de la mano. Conecta su móvil al bluetooth de mi coche, y empieza a reproducir canciones de mientras conduce. Canturrea absolutamente todas las canciones, y yo me dedico a enviarle un mensaje de texto a Jake avisándole que tendré una cita, y no podremos ver la película de terror que tanto me ha insistido.

"Si necesitas algo no dudes en llamarme"

Su respuesta llega de inmediato, y me arranca una sonrisa.

Gaby continúa canturreando hasta que llegamos al centro comercial. Se engancha en mi brazo derecho, y me lleva dentro a paso rápido. Entramos a un local dónde se huele a cabello quemado y tinte. Ella saluda animosamente al estilista llamando Roberth, quien me saluda con dos sonoros besos en las mejillas y me sonríe contagiándome un poco de su alegría.

—¿Qué quieres que te haga guapa?— me pregunta en el momento justo que recaigo en su tono de voz afeminado. No tiene apariencia de ser gay, pero si cierta delicadeza incorporada en cada uno de sus movimientos.

No es el típico hombre declarado gay por el que una mujer dice "que desperdicio" es moreno y tiene unos ojos preciosos negros, pero no va a más.

—Necesita un corte de cabello urgente, y tal vez un tinte— responde por mí Gabriela. Roberth toma entre sus dedos unos de mis rizos.

—Tienes un cabello precioso— me alaba— ¿estás segura de querer pintarlo?

Niego frenéticamente la cabeza haciendo que el moreno se ría con ganas, y Gaby me fulmine con la mirada.

—Vale, solo un corte será— me avisa con el mismo tono alegre de antes. —¿tienes algo en mente?

—Necesita verse hermosa— vuelve a responder la rubia por mí

—No creo que le haga mucha falta— dice guiñándome un ojo con coquetería. Me siento sumamente alagada que Roberth diga eso, aun cuando probablemente guste de hombres.

Comienza a mojarme el cabello y a cepillarme hasta que queda lo más lacio que sea posible. Me sorprendo cuando repaso en que mi cabello ha crecido mucho desde la última vez que lo corte. Normalmente mi cabello daba hasta mi cintura y ahora estirado probablemente puede llegarme debajo de la cadera.

—¿No te gustaría quedarte un tiempo sin rizos?— me pregunta. Me observo detenidamente observándome sin rizos. Me veo completamente diferente, pero no mal. Niego sabiendo que no estoy preparada para un cambio así. Me sonríe con amabilidad a modo de respuesta. Cuando termina de cortarme, empieza a secarme y después de unos minutos mi cabello se nota con más forma y más bonito sin esponjarse como normalmente hace. Posiblemente sea por los fijadores que me ha echado.

Tras agradecerle a Roberth dos veces, y despedirnos salimos de la estética.

—He visto una blusa monísima por allí— dice señalándome al otro extremo de dónde nos encontramos.

Entramos a la tienda de ropa que señalo, y Gaby empieza a ojear algunas blusas mientras yo me dedico a ver vaqueros. La rubia entra a un vestidor, y yo continúo ojeando la tienda. Paso de estantería en estantería, hasta que un vaquero termina convenciéndome como para probármelo. Necesito un poco de ropa que se ajuste más a mi cuerpo, ya que la que tengo me queda sumamente grande. Me gusta la ropa floja, pero la que ahora tengo es siquiera dos tallas más. Tomo dos vaqueros más y me sumerjo en un vestidor. El vaquero que me gusto, me queda más ceñido de lo que imagine.

—Noah...— grita Gaby. Seguramente quiere que le diga como se ve. Salgo con el vaquero puesto, y observo que tiene una blusa color vino con hombros descubiertos. Se ve monísima, y el moño despeinado que lleva sobre la coronilla le hace lucir preciosa. Afirmo con la cabeza haciéndole saber que le queda bien.

El resto de la tarde transcurre así, Gaby probándose prendas que le parecen lindas, y al final del día me incentiva para comprar tres vaqueros que según ella "me hacen ver un culo irresistible" palabras suyas. Cabe recalcar que en el momento que el chico de la caja registradora escucho sus palabras tuvo que hacer un gran esfuerzo por no reírse en mi cara. Yo estaba de lo más avergonzada fulminando a Gabriela por ser tan inoportuna con sus palabras.

Cuando llegamos a casa, la rubia me rogo que le deje maquillarme. Me negué rotundamente. Si ya de por sí, estoy siendo obligada a asistir a una cita con la cual no estoy del todo segura, no pienso esforzarme más de lo necesario. Tras sus ruegos accedo a que simplemente me trence el cabello.

El resultado de diez quejidos de mi parte, y largos minutos en el que deteste rotundamente a Gabriela, termina en un trenzado sencillo, pero bonito. Nada exuberante o exagerado.

Le doy las gracias y la rubia casi me estrangula cuando las dos caemos en cuenta que probablemente mi cabello termine despeinado cuando me vista. Con su ayuda me visto sin deshacer su trabajo, y termino por usar uno de mis vaqueros nuevos junto a una blusa negra que me queda más holgada de lo que recordaba.

Tal vez si he adelgazado. No hay otra respuesta lógica que encuentre. Simplemente no tengo apetito, y lo poco que me obligo a comer tengo que soportar lar arcadas y no vomitarlo.  

Tras minutos de platicar sobre porque nos inclinamos con las profesiones que hemos escogido, se escuchan unos golpecitos en la puerta de entrada. Me calzo pronto unos botines bajos, negros y tomo un abrigo que Gaby me arrancha diciendo que no lo necesito.

—Hola— saluda Zed en cuanto abro la puerta plantado un beso en mi mejilla.

—Hola— respondo balbuceando. Sonríe de forma abierta, y hace que los nervios con los que lo he recibido vayan minorando poco a poco. 

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Lo siento por tardarme tanto!!! pero tenía un examen bastante importante y ahora que lo he dado estoy más tranquila, pero aún me falta uno más. 

Bueno no quiero marearlos con esto. Voy a volver actualizar cada semana, y también quiero decirles que pronto acabara la parte aburrida para empezar la buena!! jajaja 

Las quiero muchísisisisimo..... 

Nos leemos pronto, con amor "Belén" 

Destinada a ti (Continuación de mi círculo vicioso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora