Capítulo 3

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En medio de la carretera en algún lugar de al parecer Sao Pablo, Brasil, mi padre iba cantando como un demente, Moffi iba riendo sentado en mis piernas y yo iba muriendo de calor, mi atuendo no era de lo más favorecedor para el momento y mierda si no quería arrancarme toda la ropa, sentía la espalda mojada de sudor y mis axilas transpiraban, puajjj lo primero que haría al llegar al hotel seria darme una ducha fría, no había deseado ducharme tanto como en ese momento nunca. Después de una media hora y cuando ya me sentía al límite de ahogarme con mi propio sudor llegamos a un hotel con unas grandísimas letras.

- ¡Vaya! -dijo mi padre con un silbido – "Belo Mar" ¡me encanta! -dijo con un muy mal acento levantando las manos, tía Pat salió de las puertas del hotel con un chico bastante joven, corrió hacia mi sonriendo.

- ¿Te gustó la sorpresa? -dijo abrazándome.

-Claro, gracias, es genial -dije sonriendo, y era cierto. Estas vacaciones en este hotel tan pijo me parecían fabulosas tomando en cuenta que nunca había salido del país y no esperaba ir a Suramérica, estaba realmente contenta, podría practicar mi portugués con gente que lo hablaba verdaderamente y podría despejarme.

-Ven cariño, vamos a mostrarte tu habitación, de seguro estas cansada y un poco aturdida yo la verdad siento que fue mucho lo que tuviste que asumir en una mañana y ahora estas aquí, es genial ¿no? Aunque le dije a tu padre que te diéramos la sorpresa antes para que te pudieras preparar, pero él me dijo que lo mejor era decirte en la mañana -terminó mi tía levantando los hombros, localicé a mi padre que estaba justo detrás de nosotros bebiendo una piña colada, lo fulminé con la mirada.

-Como que de vez en cuando deberías escuchar mejor los consejos de tía Pat, no sé, solo digo, ella al parecer si es una persona sabia -mi padre solo sonrió y me ofreció una piña colada, la verdad es que él es un caso perdido.

Entramos en el vestíbulo del hotel y miré alrededor, era pijo, no, en realidad era muy pijo, nunca había estado en un lugar así, tenía un techo muy alto y había paredes de vidrio por todas partes, con unos sofás muy cuidadosamente confeccionados que se veían como si nadie se hubiese sentado ahí antes, se veían muy cómodos, quería sentarme en ellos.

Subimos al quinto piso en un elevador que era todo de vidrio, tía Pat me guio a la que al parecer era mi habitación.

-Y boalá, es de las mejores tomando en cuenta de que este viaje es como en tu honor así que mereces lo mejor cariño.

La habitación era sensacional, tenía una cama que me hacía querer dormir en ella para siempre y no levantarme nunca, había un sofá frente a la cama, salte en él y fue como caer en una nube, ese sofá no era cierto, era demasiado suave, creo que dormiría en ese sofá.

-Bueno cariño, voy a dejarte para que descanses y acomodes tus maletas que seguramente Ariel el de recepción te traerá en unos minutos, si necesitas algo estoy en la puerta de enfrente y tu padre está a dos puertas, si no me encuentras en mi habitación entonces estoy en el restaurante, tienes que ir, es genial, hay mucha comida de todo tipo, a un lado esta Oz y al otro esta Noel con las gemelas, al lado de mi habitación esta Louis con Simon y los niños y al otro Mayon, casi todos estamos en el tercer, cuarto, quinto y solo creo que Cody está en el sexto piso- Jesús, esa mujer habló rápido, creo recordar la mitad de lo que me dijo.

-Está bien -le sonreí con agradecimiento, después de todo me había dado la bienvenida.

Sonrió y cerró la puerta suavemente.

Miré alrededor de la habitación, era muy grande, era unas tres veces mi habitación, con mucho esfuerzo me levanté del sofá y me topé con un mini bar al lado de la cama, lo abrí y genial, había variedad, tomé una soda con vodka y me recosté nuevamente, me gustaba esto.

Cuando al fin me encuentreWhere stories live. Discover now